Mi Diosa, no puedo verla. Img 01/Sept 2017

IMAGEN N.º 1
MI DIOSA, NO PUEDO VERLA.



Viejita mía, así te recuerdo…
Melancolía...

Mi Diosa...
Activa,
armoniosa
atractiva,
admirada
amorosa
amada,
independiente…,
-Essffffss…Vufffff
mi viejita adorada,
ya solo son recuerdos
de una foto enfocada.

No quiero olvidar
este recuerdo de vida.
No me pidas corazón
que la mire y… también la vea.
Solo puedo mirarla,
pero no sin venda
… así, … ¡así no puedo verla!

Su mirada ausente
y su ausente vida,
me rompen los esquemas
y me aterra la deriva
a que me llevan pensamientos
de ofuscación y rebeldía
a desear un … ¡no se qué!

…No me atrevo
a nombrar tal felonía.
Me obliga la pena. Sí.
Si no sufriera en su estar,
el tiempo que dios quisiera
dejaría de pensar en mí,
de egoísta manera.

Me duele el sentir
como un día, se fue
poco a poco,
dejando abandonados
sus recuerdos…
…y ... sabiduría.


Sufriendo a cada momento
el devenir del hoy …
sin el ayer y sin ella.
Solo, en el instante
de un parpadeo,
cambia la escena.

A mí ya no me reconoce,
y yo no la reconozco a ella,
aún estando hoy,
…aquí … a mi vera.
​

28 de septiembre de 2017-09-28
José Ignacio Ayuso Diez​

 

Ay, José!!!
que hermosos versos, aunque nostálgicos, son los que te ha inspirado de esa imagen, y con la que representas a esa Diosa, tque es es tu Madre, y que no la reconoces, porque está perdida en el tiempo y en el espacio, y ya no es, esa dinámica, amorosa e independiente, porque seguro que por lo que padece, depende de todos los que la rodean y la sostienen con amor, retribuyendo ese sentimiento que ella ha brindado... Con la misma profundidad del MaR, te dejo muchos besos y abrazos porteños.

 

Así es Mar, mi madre fue una mujer muy activa, alegre, muy guapa, crió a siete hijos con mucho amor; y ahora, desde que murió mi padre hace diez años, vive, si se le puede llamar así, en un mundo de caos interior, pero lo peor de todo es que sufre, no porque parezca que está ausente no se entera de nada. Hace unos días tuvimos que ingresarla en una residencia de ancianos para dependientes, y es como aparcarlos en un rincón, donde aparte de la medicación que les dan, también los tienen que mantener atados porque si no se escapan y está pidiendo todo el tiempo auxilio para que alguien la desate. Mi hermano, que es quién se ha encargado de ella durante todo este tiempo, va todos los días a estar con ella y la saca de paseo en silla de ruedas, cuando puede le da él mismo de comer o cenar, según cuadre. Se está replanteando el volver a llevársela a casa, pero en su estado ni dos o tres personas podrían llevarlo a cabo, sin acabar ellos enfermos, la situación es bastante delicada. Y por eso, aunque parezca muy cruel, en momentos me viene la idea de desear que una noche se durmiera y plácidamente no volviera a despertar, y así, evitarle más sufrimientos. Los vídeos que me envía mi hermano, de ella, no puedo verlos, me hacen mucho daño. Y mi hermano lo está pasando muy mal, no se como acabará.
Un beso Mar.

 

Gracias Luzyabsenta por tus palabras y comentario. Lo malo de este poema, es que no es ficción. Y duele. Duele mucho. Por eso, aunque me cueste decirlo, quisiera que dejara de sufrir, y a estas alturas de su enfermedad solo hay una manera. El alzheimer ha avanzado en los últimos días muy rápido, y es imposible tenerla en casa y atenderla en condiciones. Y las residencias no dejan de ser un aparcamiento, donde el trato llega a deshumanizarse, no porque sean malas personas, sino porque no les queda más remedio para mantenerlos aseados, que no se hagan daño, etc., y para eso tienen que obligarlos y ser muy expeditivos. Así que la parte débil, el anciano, sufre, sin entender nada.
Un abrazo. José Ignacio.

 

Ay, José Ignacio!!
Duele leer tus versos y llena de tristeza saber que están pasando tal triste y dolorosa situación, que estoy segura que, como bien dices, Ella, tu Diosa Madre, como todos ustedes, sufren de distintas maneras, ella, padeciendo el deterioro físico y mental que conlleva convivir con tal enfermedad, y ustedes como hijo, como familia, sufren de tristeza verla en esa situación y sufren de impotencia, ya que no está en vuestras manos el poder ayudarla, más de lo que hacen... Con la fuerza de un tsunami, te envío el más cálido y cariñoso abrazo y un beso enorme, desde la distancia, pero cercana en sentimiento, que no ayuda a mejorar tal situación, pero que acaricia el alma, en momentos tan drásticos y difíciles.
Besos, José Ignacio.

 

Muchas gracias Mar por ese tsunami de abrazos y besos que siento cercanos en el alma. Tus cariñosas palabras de consuelo me ayudan también a superar un poco esta situación de impotencia. Pero es una lástima que el final de la vida de una persona sea sufrimiento, ella se quedó huérfana de padre a los 7 años, lo fusilaron en una cuneta al inicio de la guerra civil española, y pasaron muchas calamidades. Y ahora, al final de su vida, que tiene? Bueno, no me quiero poner más triste, ni entristecerte a ti. Un beso grande. Gracias Mar.

 

Gracias a vos, José I., por abrir tu corazón a través de tus versos y de tus palabras, sé lo difícil y doloroso ver sufrir a un ser amado y especial, en este caso tu Madre, como va recorriendo los últimos metros o kilómetros del camino final de esta vida, mucho más aún, saber que ha sufrido mucho durante su vida. Uff, realmente se hace difícil digerir ese trago tan amargo que nos ofrece la vida. Estoy aquí, acompañándote con mi abrazo, y un gran beso de Mar, que consuela un poquito el alma.

 

Muchas gracias Mar por estar ahí, recibo con agrado y cariño esos abrazos y besos y me ayudan y consuelan.
Un beso.

 

Muchas gracias Luzyabsenta por tu comprensión y tus palabras de ánimo y consuelo. Siento también que hayas pasado por tristes e impotentes momentos.
Un fuerte abrazo.

 

Sólo paso a dejarte un eso y un abrazo con cariño

 

Hermosos y tristes versos José, el dolor nos cambia, pero lo que dejamos sembrado con amor siempre estará, eso es lo que se debe valorar y llevar en el alma por siempre, un enorme placer leerte, besos.

 

Gracias Mar por tu demostración de cariño, te lo agradezco de corazón. Un beso y abrazos.

 

Muchas gracias Mariposa Negra por estar ahí y tus palabras de cariño y ánimo. Un beso. José Ignacio.