Mi dulce sabor salado

Me he contagiado de tus años que son pocos y te he regalado mis desvelos que son muchos, te he dado poco a poco, despacito, sin prisas: mis sueños, envueltos en hojas amarillentas de tanto esperar guardados, de tanto buscar el día indicado. Mis desvelos ya te pertenecían, como si fueran tuyos mucho antes de enroscarnos en el vaivén del amor y desamor, del maldito sube y baja de querernos; te entregué mis días empapados de problemas, te mostré mis manías más difíciles de explicar y los complejos que se apoderan de mí, que me hacen ser otro a ciertas horas en ciertos días.
Te soltaste, te desenvolviste, te abriste; como un pétalo en el desierto de la soledad. Me buscaste, me encontraste, me hiciste y fuiste el más bello golpe de certeza que me ha encontrado.

 

Buen escrito.
Lastimosamente no me considero un experto en lírica, o las diferencias de reglas entre prosa y verso (que a menudo rompo), pero tener tantas palabras juntas y en formato tan grande marea, parece prosa o carta rápida... no lo sé.

Solo puedo decir que me agrada aún con posibles puntos en contra.

Saludos.

Dragon Ecu