Mi lámpara de Aladino.

Vamos buscando esa sintonía,
de los canales, en la frecuencia modulada,
con el transistor encendido, para escuchar
programas de radio.


Y nos topamos, el uno con el otro.





Jaca y potro. Se nos une Robert Redford,
que es el hombre que susurraba a los caballos.
¡ Thelma y Louise ! Que acaban de hacer estallar
un camión cisterna lleno de combustible fósil.


Destilado del petróleo.


El fantasma Cásper, que procede de una casa encantada,
¡ Y Beetlejuice ! Jugo de escarabajo,
procedente de la estrella Beetlegeuse,
y experto en el otro barrio; vida después de la vida.


Una reunión la Mar de divertida.


¡ Nos presentamos ! ¿ Cómo te llamas ?
Las señoritas, primero. Vaca y pollo.
Minnie y Mickey. Daisy y Donald.


" Me llamo Cafetera Morena de Acero Inoxidable. "

 

Me perdí la cinta de Robert Redford pero no Thelma y Louis. Genial tu perorata de hoy. Va pues, tres estrellas

 

¿ Te ha gustado ? A mí, también. ¡ Ya tenemos algo en común !
No obstante, no estás obligado a parecerte a mí.
No soy un instructor del mundo, ni nada por el estilo.
¿ Sabes qué soy ? Como Juan Valdés. Muy cafetero.





A veces, lechero.
Claro, para compensar.

 

Me encanta este desorden. Es como llegar a la casa de un hombre solo
que hace con su espacio lo que primero que le viene en gana. Estás lleno de ideas
y no dejas escapar ninguna. Este forma de escribir es como irreverente, dicen
algunos. Yo respeto todos los estilos porque no hay un patrón para echar
fuera en palabras lo que no te cabe en el pecho. Divagas entre canales de televisión
y sintonías de radio. Hago lo mismo cuando llego a casa y no hay nadie.
No me hagas caso por lo de "desorden" es en buena onda. Cojines en el piso
y vasos por ahí, dejados. Tampoco me parezco a ti, aunque me guste el Juan Valdez.
No puedo comprarlo porque aquí es muy caro. Igual bebo de los otros. Y me caes bien.
Buenas noches. Seguro estás descansando. Un abrazo.

 

También tengo una lámpara de como ciento cincuenta años, pero es mía.
Es mágica. No es de Aladino

 

¡ Muy interesante, Elisalle !
Agradezco tu oportuno comentario.
El hombre es muy libre de sentirse a gusto consigo mismo.
Y supongo que la mujer, también.
Pero ese Caos al que te refieres, se relaciona a su vez, con el Temor.
Entonces, trabajando con el Miedo, el hombre logra convertirse en guardaespaldas.
Portero de discoteca, mafioso, canalla, y todas esas cosas que acaban en prisión.
Lo que ocurre es que si te equilibras entre Amor y Miedo, puedes ser feliz.
Amor, pierna derecha. Miedo, pierna izquierda. Y así, el hombre puede caminar.