Mi niña

Y jugabas a ser niña revoloteando con tus cabellos,
tú, tu rostro, tu pelo, tu perfección;
siempre tú, tan suave, y deseada, tu fragilidad divina;
mientras yo trataba de amarrar mis ilusiones
para devolverlas y empezar lo que ya existió,
pero tu presencia perdida inhalaba mi razón y seguías jugando mi alma,
fruto entero ya de tu presencia,
y seguías ahí,
como con deseos de ver mi segundo sin descendencia,
y yo ahí,
recorriendo las huellas que el destino me dejó de ti;
ahí, a tu al frente y a tu espalda, recorriéndote,
ordenando tu pelaje, tus ideas, jugando con el brillo de tu ser,
degollándome con la inocencia de tus labios,
ahogando mis sentidos con el ropaje de tu alma,
tú, tu tan dulce perfección,
sólo tú,
mi niña.

 

Lindo poema lleno de ternura
esa descripción casi mágica, es bella.

saludos...

 

que lindo poema escribiste lleno de ternura felicidades sigue por ese camino