Mi obra me ama.

Ella era toda, de marfil.
Estaba hecha de colmillos de elefante.
La doté de aliento de vida, y le eché pimienta, ajo y perejil.
Sus ojos, dos esmeraldas hexagonales.


Escupe fuego y me enciende el puro habano.


Echa a volar, junto a las palomas, y se monta encima de una catedral románica.
Es dragón cuyas escamas son pequeños espejos en un Puzzle o mosaico.
Lentejuelas y tacones, para salir de marcha y entrar en la discoteca,
tumbando a los gorilas o guardaespaldas.


Me metió en un lío, por quebrar, con sus aullidos agudos, veinte botellas de Vodka.





Hizo estallar los grandes espejos, en el cuarto de baño.
Se pone a cantar y no gradúa el volumen de su vibración sonora.
Tiene, en sus cuerdas vocales, los acordes de un violín, y de una guitarra.
Pero la quiero mucho. Devora cajas de herramientas y tornillos, tuercas y destornilladores.


Es experta en el crucifijo. Lo encuentra rígido, lo chupa y lo hace elástico.

 

Sublimeeee

 

Gracias, amigo. Me encanta Evanescense. Es mi musa.

 

... seee ... no te apures ... nadie es perfecto

 

Yo sí lo soy.
Pero intento disimular.
Más que nada, para corregir los fallos que hay en el Universo.
¡ Es broma ! Dios es Amor-Bondad, y está al tanto de todos los errores humanos.
Ya se encargará él, de poner orden.


Yo lo intento, pero está claro que el Universo no es mío, y no me obedece.