Mi pedacito de cielo

Mis alas volvieron a crecer entre intensos dolores.
Ya no son bellas, tienen profundas cicatrices que hablan de lo vivido, que reflejan el camino tortuoso que recorrió y las batallas libradas.
Pero son mis alas y las amo. Tienen grabado a fuego mi historia, son parte de mi...
Ahora mis alas pueden llevarme por cielos azules para que la brisa me acaricie y el sol entibie mis viejos huesos. Mis plumas ya opacas brillan bajo los rayos de un sol otoñal en las alboradas.
Hoy tengo un cielo amplio, bello y vital. No necesito buscarlo con desesperación en algún resquicio, ya no me ahogo en cautiverio.
Todo quedo atrás. esos momentos que entre barrotes buscaba la manera de encontrar mi pedacito de cielo y así encontrar mi esencia.
Esos días mirando ese diminuto azul, esas noches en que las estrellas lloraban al verme, necesite decirme, convencerme hasta el cansancio que yo pertenecía a ese universo, que yo formaba parte del milagro de la creación.
Viendo ese espacio infinito ,al cual sentía mágico, en mis peores momentos encontré la fuerza que me ayudó a ver mi individualidad, descubrir que sentía, que anhelaba, que amaba, quien era realmente yo. Supe que todos nacemos para ser libres, sin cadenas, sin mordazas... pero con respeto hacia el otro. Entonces abrí la jaula, avancé, me hice ver, no calle mas...
Finalmente con mis alas renacidas y este firmamento sembrado de estrellas puedo al fin saber que es la felicidad.

 

Muy bella forma de expresarlo, desde esa clara filosofía de vida, desde la cual tu prosa retrata el momento liberador de quien se reconoce a sí mismo. Me hace recordar al rejuvenecimiento de las águilas cuando no tienen más opción que ocultarse, quitarse las plumas, romper su pico y permanecer en soledad hasta que vuelvan a crecer nuevas plumas y un pico renovado, que extenderá largamente su vida y volverá a remontarse sobre las nubes...Me alegra mucho volver a visitarte, Laly.
Un muy fuerte abrazo!

 

Mi prosa es metafóricamente una situación de vida, las que fuimos subyugadas psicológica y físicamente por un cónyuge podemos olvidar quienes somos al ser apartadas de todo y de todos. Mi oasis era mi pequeña terraza en las noches, allí me redscubrí y fui ganando valor. Gracias a Dios hoy soy feliz. Muchas gracias por tu visita Sikus. Un enorme abrazo y miles de sonrisas.

 

Entiendo mucho mejor ahora. Lo dices e inmediatamente acuden a mi mente rostros específicos de quienes hoy mismo viven esto. Realmente triste y vergonzoso para la humanidad, que en vez de avanzar retrocede, al punto de que estos casos se terminen viendo como algo común y quienes tienen el poder para actuar, solamente lo hacen si les representa algún beneficio político.
Pero me quedo con la parte linda, la de la liberación, física y mental y del disfrute de una nueva vida.
Nuevamente abrazos grandes!!!!