Mi propio Dios.

Mis miradas le lamen el cuerpo mientras baila en un bar

sobre unas plataformas de miedo

un si y un no se trenzan alrededor de su delta impúdica

hay huracanes en su mirada de animal.

¿Cuántos se masturbarán pensando en ella?

Ahora bebo una cerveza,

ella me improvisa un silencio
y me dispara una bala disfrazada de sonrisa

…no me desanimo,
éste tiempo es volátil

un día la besaré sin pagar
y me convertiré en mi propio Dios.