Mi querido amor

Y de repente cambió radicalmente el problema de la lectura
es porque pasaba allí unas horas de lectura oscura y silenciosa;
tan silenciosa, en verdad, que un día Gabriel se puso a
describir en el espacio, con sobrenatural silencio,una
línea de trayectoria retrógrada, ocupando el vértice del
espacio tratando de sostener entre sus brazos varias bolsas
de palomitas de maíz, que aterrizaron sobre su espalda,
haciendo tan poco ruido que Mary Cris, que se creía sola y
hojeaba, una tras otra, las hojas tan decepcionantes de un
libro que trataba de un antiguo rey y su harén, tomó la aparición
de Gabriel entre la sombra de la puerta abierta entrando
a hurtadillas, por algún eunuco escapado del libro que leía,
mientras cantaba: My Cherie Amour lejano como la vía láctea…

 

Alde amigo, muchísimas gracias es grata tu presencia también
Que tengas paz, descanso y el gozo del Espíritu sea la fortaleza eterna
Alfredo