Mi teclado y yo.

Mi pantalla, mi teclado y yo
solos en una habitación
con fantasmas reales que no existen.
¿Así o más triste?
es embarrarlo todo de completamente solo.

¡Apago todo enfurecido!
…y me despido por enésima vez de lo que he escrito.
Me doy cuenta de que nació un segundo
ahora otro …y otro…y otro…y otro… y otro

me paro al borde de mi precipicio
ansío las notificaciones.

…Entre Dios y yo,
hay una muralla de palabras
y… aprender a masticar ponzoñas
¿sin publicarlo?
Saco fuerza de flaqueza para no tocar el botón
pero
siempre gritándome ese teclado mudo.

Ahora nace otro segundo, es una diarrea interminable
sólo para suicidarse inmediatamente.

 

El tiempo es un alma destinada a morir rapidamente, en su cuerpo y permanecer en el olvido, en su cuerpo todavía.​

 

Gracias por el comentario, te quedó más bello que mi escrito. Saludos.