Mi vieja guitarra.

Aprieto en mi pecho tu caja lustrada,
ya sabes de sobra mi pena mayor,
oscuro madero, mi fiel confidente,
mi vieja guitarra, tan solos, tú y yo.

Inútiles vanas dejaron su marca
el surco indeleble tu brillo opacó,
por donde corrieron mis lágrimas mudas
abiertas heridas llevamos los dos.

Gastaron tus trastes, mis jóvenes yemas,
al ritmo pasado de algún rock and roll
tu dulce sonido cayó en el silencio,
guitarra querida, te pido perdón.

Cerrando los ojos, yo encuentro tus notas
de nuevo comprendo, se siente mejor,
y entre tus acordes, los mismos de siempre
los años se fueron, la música no.


Estoica soportas tus cuerdas tensadas
es noble madera la que te formó
pasaron los años y no se resignan,
rebeldes resisten:-tu hechura, y mi amor.

 

Bello y musical poema nos compartes.
Me ha gustado mucho pasar a leerte.
Saludos cordiales.

 

Gracias, Lourdes C, eres muy atenta, te envío mi sincero saludo, desde Rosario, Argentina.

 

Muy delicados versos los que nos compartes, una obra muy sensible y cargada de nostalgia. Un gusto visitarte.
Un abrazo y muchas bendiciones!!

 

hermoso poema placer leerlo amigo .

Gastaron tus trastes, mis jóvenes yemas,
al ritmo pasado de algún rock and roll
tu dulce sonido cayó en el silencio,
guitarra querida, te pido perdón.