Mi voz por no perderse se agiganta. Soneto.

Mi voz –acrecentada en melodía-

se pinta del color de mi garganta,

humano su clarín a todo canta

bregando por no ser melancolía.



Abraza con su son la noche fría

haciendo su calor efecto manta;

mi voz por no perderse se agiganta

con la sonoridad de mi alegría.



Con ella tengo a bien hablar conmigo,

guitarra, diapasón, cadencia y vida…

intensa como el sueño que persigo.



Mi voz se entrega franca y consentida,

ardiente cuando ardiente canto y digo…

constante si no veo más salida.

 

Eres un rol.
Cada cuál lo es.
El ser, es el espíritu.
El ser encarna como rol.
El rol tiene una Psique, y en esa Psique, hay comunicación telepática, a veces.
Intercambios con el ser.
Y además, en la Psique o mente, hay una bestia invisible, llamada Ego o complejo de superioridad.
El Ego es el Yo Inferior, y la imagen que cada cuál tiene, de sí mismo.





La influencia del Ego consigue aminorar la potencia inicial hacia el éxito en la vida.
Con lo cuál, muchos experimentan el eterno fracaso.

 

Una voz diáfana que se escucha en la elegancia de tus sonetos, querido Esteban. De nuevo, un placer disfrutar de tu poesía.
Con un abrazo fraterno.
Salvador.