Mi Yeya y yo. Soneto.

Para mi grandísima hermana pequeña.


…las veces que mamá me dijo: “niño,

no sales si no llevas a la Yeya”.

Así que, hermana, fuiste tú la estrella

llenándome las calles de cariño.


Recuerdo aquel andarme en desaliño

herido por la herida que destella…

Contigo la canción cuajó más bella

y bella le cantabas con un guiño


al cielo por habernos dado tanto,

al viento pregonando sensaciones

llevadas por el son de nuestro canto…


al verso sin mayores objeciones,

al toque de guitarra sin quebranto,

al sueño de tenerte en mis canciones.


17/11/2018

 

Pequeña niña mora, me enamoras,
pero en un sentido ufano y orgulloso,
pues funciona la obra de mis manos,
y como reza el proverbio chino:
Si quieres que algo sea hecho, encárgaselo a un hombre ocupado.
Me trago los episodios de agobio y de bochorno,
con tal de hacer mi vida, laboriosa.
¿ Eres tú, pues, la partitura musical que yo compuse ?
O te apartas de este pobre iluso...
No compartes sus gustos, al piano.
¡ Vuela libre, pues ! Compón un himno nacional, y sé mi hermana.

 

Dulce y tierna dedicatoria.
Un Soneto que cautiva como síempre, grato recorrer su espacio saludos!!

 

Muchas gracias, Brisa. Saludos.