Mientras Callo

Mientras Callo​

Lejos en un cuarto cerrado se encuentra aquel que llora, gritos inaudibles se bañan con aguas tristes. Su mente de nuevo le juega una mala pasada, se ataca a si mismo sin piedad alguna y vocifera una y otra vez:

-«¡ Imbécil! ¡Incapaz! ¡Maldito impedido! ¡Ser pusilánime! ».-

Sus manos en los oídos se encuentran tratando de callar esas voces infernales gritando que se apaguen, y de rodillas sobre las baldosas ruega piedad. Entonces lentamente una cruz manchada se asoma por su cuello, aquella lleva un secreto con sigo, la daga bendita que lo viene a liberar.

-«Cuan bella es»- en sollozos piensa aquel.

Afilada con cruenta pasión, penetra en la piel virgen - «dolor, muerte en vida, lo único real que veo, lo único real que siento »- susurra mientras ve el carmesí recorrer su mano inútil.

-« ¡Quiero más! ¡Necesito más! »- aúlla mientras prueba el suculento néctar que brota sin parar.

La daga danza graciosa por cada oscuro recoveco mientras él se regodea en su propia inmundicia. En cada muro las pasiones del pasado, las traiciones, los sueños rotos, las risas fingidas, la vida perdida; dibujan sus sombras que sazonan la ambrosía demoníaca de aquel patético ser.

Ya extasiado, abandona aquella cruz manchada con la daga desafilada en la faena. Débil se levanta en medio de rosas de pasión muerta que no paran de brotar. Levanta su mentón y ve con alegría que aquel que lo mira en la ventana del mundo oculto, soy yo, quien describe con recelo nuestro acto de dolor, mientras una figura oscura afila su hoz.

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