Miguel de Unamuno: ¿Existir contra sí mismo?

«Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo». Antonio Machado.


«Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho». Miguel de Unamuno.

España, 12 de octubre de 1936. Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Día de la raza. Tiene más de 70 años.


¿Cuánto hay que recordar para reírse de sí mismo? Mucho quizá, y quizá no hay que reírse tanto porque andamos todos inmersos en eso que Balzac llamaba La Comedia Humana. Reírse de sí mismo, existir en contra de sí mismo...

Despertar y mirar que más allá de los brazos paternos hay un mundo que no conocíamos hasta ahora. Un mundo que nos parece está construido de la manera más estúpida e incoherente. Es el poder de la pubertad y adolescencia que todavía no está domesticado completamente por el sistema educativo mundial, la religión, las normas sociales, el ataque de los medios de comunicación al inconsciente para hacer del hombre un ser domesticado y en control, que no ponga en riesgo y se adapte a una sociedad construida así por quienes la controlan para su beneficio.
Le imponen a la sociedad un sistema educativo al que el individuo se tiene que adaptar, y en caso de que no sea así, pasar al gremio de los descalificados por el sistema, de los fracasados, de los “perdedores” (usando la mentalidad del sajón). Ese sistema no reconoce (aun hoy) que el individuo no es un producto más, como esos productos que salen de sus fábricas después del proceso que culmina con el molde y el acabado final. Es aberrante para el sistema, la religión (y así está también condicionada a pensar la sociedad), reconocer que las personas tienen cualidades diferentes, que no todos funcionan igual como los autos, los trenes o los aviones. Que una educación adecuada, pensada en el ser humano, debiera adaptarse al individuo y no el individuo al sistema. Y quizá de esa manera el individuo no pasaría a formar las filas de los descartados, fracasados, descalificados, perdedores... gracias al cual el sistema crea toda esa muchedumbre con que alimenta el beneficio de unos cuantos.
Las respuestas al sistema son tantos genios que él ha descartado en sus entrañas, la impotencia o desinterés del mismo en atender medianamente a la diversidad humana que queda fuera de sus entornos y que luego, por la vía autodidacta surge y supera ámpliamente al "producto" del sistema. Ah, pero el sistema educativo no solo se muestra incompetente ante el reto que le representa el hombre, suele establecer mecanismos para hacerle la vida imposible a quien no se integra en el tejido social y productivo, como su producto. Los requerimientos académicos, como si fueran estos un certificado real de capacidad, cuando el genio está por encima de todo su sistema. Nos encontramos a los sujetos “certificados” mudos ante la capacidad del genio. Con la lista de respuestas y expresiones aprendidas como “lo que debe ser” en los apuntes, en la mente y en los labios, sin nada qué hacer ante el potencial humano que tiene tantas fuentes de donde brota su intuición e inteligencia en el genio. El sistema le teme a eso, a lo que puede salirse del control; y es que él (sistema educativo) está al servicio de quienes tienen el control, no al servicio de los seres humanos o de eso que se define como humanidad.
Parece pues que pensar diferente es vivir contra sí mismo cuando el "sí mismo" está tan estipulado y definido como correcto en nuestras idiosincrasias por la influencia de los mecanismos con que se forma al individuo que constituirá a la sociedad. Y nos encontramos a menudo, sin darnos cuenta, esgrimiendo principios y conceptos que parecen nuestros, que los sentimos nuestros, ante los cuales somos incapaces de reaccionar, de cuestionarlos, mucho menos trastocarlos.
La tarea de los grandes pensadores es difícil, compleja, azarosa, censurada: intelectualmente subversiva.
Cuando el pensamiento cuestiona al “mundo”, tal como se nos ha enseñado a percibirlo o concebirlo, produce conflictos internos y externos en el sujeto pensante y también en sus receptores o estudiosos. No es fácil rebuscar en la realidad aceptada que es nuestra a fuerza de la costumbre y el poderoso influjo del entorno social y humano que encuentra en ella y en sus conveniencias la cuna y el hábitat de sus inercias sedentarias; que siente “propias" porque le provee comodidad mental y social y le integra en “su mundo”, el único que conoce, conveniente o no, el que todos dan como el verdadero, el real.

Contradecirse y equivocarse. Tener siempre presente que la posesión de la verdad es de suyo una apreciación, una actitud errónea, lo que funciona no solo para el pensamiento innovador sino para el (pensamiento) que constituye la columna vertebral de quienes aceptan, promueven e imponen el <<cómo debe ser>> de cada época de la humanidad. La prueba de esta afirmación puede ser que todo tiende a transformase continuamente, y lo que antes era una realidad, luego podría ser una entelequia a la que le dimos toda nuestra credibilidad.

Jajaja. Leí, revisé el texto de Unamuno: El sentimiento trágico de la vida, -persona que encuentro sumamente complicada para mí- y algo se quedó que propició, no la repetición de sus conceptos, sino la invitación a la disertación que genera su lectura.
Parte del tema está desarrollado a partir de una frase suya:

"Salamanca no da lo que natura no dio": Unamuno.



Debe tener algunos detalles que luego reviso.

Nota:

Reiteramos la advertencia de que este texto no es un trabajo especializado, téngase más como una colaboración a nuestra comunidad para hacerla más diversa y vasta, pero sobre todo una invitación a conocer al personaje.​

Dejo esta liga, como de costumbre, para quienes se interesen en explorar la vida y obra de este gran maestro de la humanidad.

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Audiolibro:
El Sentimiento Trágico de la Vida 1, (tiene una segunda y tercera parte).
http://www.youtube.com/watch?v=MNct25GK1LU
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Para mi, cada vez cobra más fuerza la frase &#8220;La aventura del pensamiento&#8221;. No hay duda de que este foro tiene que ver con ello.


Conozco más a Don Miguel por lo que los demás han dicho sobre él que por la lectura de sus propias obras, a veces, debo reconocer que me resulta difícil.
Comparto algunas de sus contradicciones como &#8220;Razón y fe, siempre en lucha.&#8221;
&#8220;La inmortalidad del alma es necesaria para el hombre por la necesidad de creer en sí mismo y para que tenga sentido su vida.&#8220; Es un lastre que acompaña mi vida desde que tengo uso de razón.


Y valoro, su famosa frase &#8220;Antes la verdad que la paz&#8221;,( a la que ya haces referencia en tu exposición), en defensa de la dignidad humana; porque no es fácil, a pesar de la carga emocional que llevaba al pronunciarla, enfrentarse a ese régimen fascista del cual era testigo directo.


Y en cuanto a su poesía, me quedo con esta otra:
«Cuando me creáis más muerto, retemblaré en vuestras manos»,
pensando en el temblor que provocan sus versos


La oración del ateo


Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes


a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.


¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande


para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.


Siempre es un placer la visita

Palmira

 

Hola Palmira.

He leído su obra emblemática en estos días y la encuentro interesante, en ocasiones autocomplaciente en cuanto a eso de "que inventen los otros"... o su respuesta a la idea europea de que en su época no había filósofos importantes en España: "la filosofía española hay que buscarla en De La Barca", me parece más retórica que real.

Estoy ahora con "Vida de Don Quijote y Sancho," y me ha gustado este párrafo.

El Sepulcro de don Quijote
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Me preguntas, mi buen amigo, si sé la manera de desencadenar un delirio, un vértigo, una locura cualquiera sobre estas pobres muchedumbres ordenadas y tranquilas que nacen, comen, duermen, se reproducen y mueren. ¿No habrá un medio, me dices, de reproducir la epidemia de los flagelantes o la de los convulsionarios? Y me hablas del milenario.

Como tú siento yo con frecuencia la nostalgia de la Edad Media; como tú quisiera vivir entre los espasmos del milenario. Si consiguiéramos hacer creer que un día dado, sea el 2 mayo 1908, el centenario del grito de la independencia, se acababa para siempre en España; que en este día nos repartían como a borregos, creo que el día 3 mayo 1908 sería el más grande de nuestra historia, el amanecer de una nueva vida.

Esto es una miseria, una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y cuando uno trata de agitar aisladamente este o aquel problema, una u otra cuestión, se lo atribuyen o a negocio o a afán de notoriedad y ansia de singularizarse.

No se comprendía aquí ya ni la locura. Hasta al loco creen y dicen que lo será por tenderle su cuenta y razón. Lo de la razón de la sinrazón es ya un hecho para todos estos miserables. Si nuestro señor Don Quijote resucitará y volviese a esta su España,andaría buscándole una segunda intención a sus nobles desvaríos. Si uno denuncia un abuso, persigue la injusticia, fustiga la ramplonería, se preguntan los esclavos: ¿Qué irá buscando en eso? ¿A qué aspira? Unas veces creen y dicen que lo hace para que le tapen la boca con oro; otras que es por ruines sentimientos y bajas pasiones de vengativo o envidioso; otras que lo hace no más sino por meter ruido y que de él se hable, por vanagloria; otras que lo hace por divertirse y pasar el tiempo, por deporte. ¡Lástima grande que a tan pocos les dé por deportes semejantes¡

Fíjate y observa. Ante un acto cualquiera de generosidad, de heroísmo, de locura, a todos estos estúpidos bachilleres, curas y barberos de hoy no se les ocurre si no preguntarse: ¿Por qué lo hará? Y cuando creen haber descubierto la razón del acto -sea o no la que ellos suponen- se dicen: ¡Bah!, lo ha hecho por esto o por lo otro. [...]

Y vuelta a lo mismo, a su pregunta, a su preocupación: ¿Qué locura colectiva podríamos imbuir en estas pobres muchedumbres? ¿Qué delirio?

Tú mismo te has acercado a la solución en una de esas cartas con que me asaltas a preguntas. En ella me decías: ¿No crees que se podría intentar alguna nueva cruzada?

Pues bien, sí; creo que se puede intentar la santa cruzada de rescatar el sepulcro de Don Quijote del poder de los bachilleres, curas, barberos, duques y canónigos que lo tienen ocupado. Creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los Hidalgos de la Razón..

​

Un abrazo Palmira.

 

"Vida de Don Quijote y Sancho" Don Miguel de Unamuno

[...] "Llegaste a lo más terrible, a lo más desolador; llegaste al borde del precipicio de tu perdición: llegaste a dudar de tu soledad, llegaste a creerte en compañía. «¿No será &#8212;me decías&#8212; una mera cavilación, un fruto de soberbia, de petulancia, tal vez de locura esto de creerme solo? Porque yo, cuando me sereno, me veo acompañado, y recibo cordiales apretones de manos, voces de aliento, palabras de simpatía, todo género de muestras de no encontrarme solo, ni mucho menos.» Y por aquí seguías. Y te vi engañado y perdido, te vi huyendo del sepulcro.

No, no te engañas en los accesos de tu fiebre, en las agonías de tu sed, en las congojas de tu hambre; estás solo, eternamente solo. No sólo son mordiscos los mordiscos que como tales sientes; lo son también los que son como besos. Te silban los que aplauden, te quieren detener en tu marcha al sepulcro los que gritan: ¡adelante! Tápate los oídos. Y ante todo cúrate de una afección terrible que, por mucho que te la sacudas, vuelve a ti con terquedad de mosca: cúrate de la afección de preocuparte cómo aparezcas a los demás. Cuídate sólo de cómo aparezcas ante Dios, cuídate de la idea que de ti Dios tenga.

Estás solo, mucho más solo de lo que te figuras, y aun así no estás sino en camino de la absoluta, de la completa, de la verdadera soledad. La absoluta, la completa, la verdadera soledad consiste en no estar ni aun consigo mismo. Y no estarás de veras completa y absolutamente solo hasta que no te despojes de ti mismo, al borde del sepulcro. ¡Santa Soledad!"



Gracias Melequiades, por seguir llevando la candela.

Un abrazo

Palmira