Mil y un mundo perdido

Teniendo 31 años, miles de sueños en el equipaje y unas enormes deudas con el banco, sospechando sufrir de dislexia. Y por fin entendiendo porque fue tan difícil componer hermosas frases con coherencia literaria, las mil veces que mis profesores no entendían lo que escribía, las burlas en el trabajo cuando en una hoja escribía la misma palabra con diferentes letras, la pereza de escribir textos en las redes sociales.

Pero desde siempre con un amor por la literatura, de ver como con pequeñas letras se pueden transmitir sentimientos y esos sentimientos cobrar sentido en el mundo del lector, como un suave beso se desdibuja en la mente trasmitiendo la sensación de haber sido protagonista de las parejas furtivas que expresan su amor entre los despertares de las rosas, mientras acarician una puesta de sol.

Este mundo mágico en el que solo es posible ingresar con amor, pasión y locura. Este mundo de arte que abre su telón en el silencio y se posa a dibujar hermosas realidades en mundos imperfectos saciados del desazón e incertidumbre.

En este mundo viviendo de realidades ficticias nace por primera vez la conexión entre dos almas. almas que desde siempre viajan juntas y que en cada vida el reto es encontrarse, buscan la manera de coincidir siempre con la certeza de que no se esta sola y que hay alguien mas que viaja con ella, en una tarde calurosa en un auditorio por cosas del destino coincidieron no podían dejar de verse, era más que una conexión era el universo y las estrellas juntas, aunque no se podía ver la majestuosidad del firmamento. se sentía como vibraban en un solo cuerpo, la conexión de perduro por meses. Y la incertidumbre también ninguna de las dos almas tenia la certeza de que lo que había pasado era real o un espejismo producido por su inagotable de certeza de que no viajaban solas.



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