Mis lágrimas en tu puerta.

Cordeles que me atan.
Sueños que se alejan.
Manos que me ahogan.
Amores que me dejan.

Silencios que me abruman.
Recuerdos que despiertan.
Palabras que digo,
para que tus oídos sientan.

Como me desespero,
en esta noche tan quieta.
Y encuentro mi corazón vacío;
y encuentro mi alma muerta.

Ay, que los miedos me atrapan
y las penas me atormentan.
ay, que me muero tan solo
porque los llantos aumentan.

Cuanto te necesito
y no te encuentro en mi cabeza.
Cuanto he llorado en silencio,
y mis lágrimas están en tu puerta.

Despiértame de esta agonía
con tus manos quietas.
Y aunque yo no esté contigo,
mi corazón es quien espera.

 

Conmocionante, conmovedor, preciosas letras magníficas.

 

Bello poema Horacio, haces llegar el dolor que transmites y produces esa empatía tan necesaria en un poema. Me gustó mucho.

Álvaro