Mis navidades tristes. (el niño de la calle)

Yo vivo en las plazas
y duermo bajo los puentes,
no conozco más niños Jesús
que el jíbaro de la esquina.

Yo vivo en las calles
y duermo sobre las cajas,
tan sólo como de la basura
o de las sobras de la gente.

Mis navidades son tan tristes
como el resto del año,
igual de vacías
igual de inútiles.

¿Que si quiero un juguete?
y eso ¿para qué sirve?
¿Que si recibo regalos?
y eso ¿con qué se come?...













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Excepcional poesía donde denuncias la verdad de la vida y el rostro de esa navidad que se olvida bajo las paredes que custodian un adornado árbol. Ahí esta la verdad y el sufrimiento, no existe mayor sufrimiento que el que no sabe. como Papa Noel, no trae bocadillos y deja que coman sus renos, mientras muchos no saben que es comer en caliente. Mi enhorabuena poeta y mis cinco estrellas.

Un saludo.

 

Triste realidad que viven muchos niños, donde sobrevivir es su único fin, dentro de una sociedad vacia.
Me dejaste sin palabras, bañada en una profunda tristeza, buenas imagenes amigo, gusto leerte como siempre.
besitos

 

Gracias hermano, traté de crear conciencia y de sensibilizar, puesto que solemos decir que la sociedad es un estiercolero, pero olvidamos que a esa sociedad la integramos todos, y que sólo por la suma de millones de granitos de arena se puede formar una playa, sólo a través de la unión de voluntades podemos hacer de nuestra sociedad lo que todos queremos que ella sea.
Gracias por participar hermano, abrazos infinitos y atemporales.

 

¿Si se entiende que mi personaje es un niño?, ¡qué bueno!, gracias cariño, tristeza que compartimos, pero gracias a Dios ya se fundó la primera Colmena, en donde todos pusimos nuestro grano de arena, esperemos más iniciativas como esa para que toda Venezuela se llene de Colmenas, cientas de ellas por ciudad, miles por estado.
Si el gobierno se abocara ¡qué fácil sería!, pero ya sabes cómo se dice, si esperamos por ellos nos salen raices...
Abrazos infintos y besos siderales, (lo dije al revés, bueno y viceversa)

 

La desnudez de este poema, hace apaciguar aún más mi sensibilidad. Ya que tiene una percepción bastante suave. Se siente, se respira el aliento y aquella esencia.

Me hipnotizó, me identificó tanto. Aunque yo no sea un niño de la calle, y tenga un hogar. Quisiera que ellos estuviera en mi lugar.

 

Al leer de tu pluma tan tremanda , verdad mi alma se llena de un onda tristeza . la cual la es amarga . que se puede hacer ? en este maldita Humanidad , Gracias por firmar el grito de tu sentir con la tinta de un gran poeta saludos un abrazo mi hermano Exelente trabajo . desde aqui Jess

 

Yo digo lo mismo Poeta, pero ves, ya se hizo la primera Colmena, con el aporte de todos y el primer Teletón para mantenerla, esperemos más iniciativas de este tipo, que las Colmenas se multipliquen en toda la geografía nacional, por medio de cualquier iniciativa, y para convencer de que ello es justo y necesario, baste comprender que los niños de las calles de hoy son los delincuentes del mañana, a menos que la sociedad se ocupe de ellos dándoles techo, comida, instrucción y afecto, mucho afecto.
Y la sociedad somos todos, uno sólo no puede hacer mucho y menos por muchos, pero todos juntos SÍ SE PUEDE.
Abrazos poeta.

 

Y los niños callejeros de hoy serán los delincuentes del mañana, a menos que les demos cobijo, comida, afecto y educación, sobre todo afecto.
Gracias cariño, por compartir mis inquietudes y participar de mis letras.
Besitos lobita.

 

Iniciativas hay, sólo que no son suficientes, la Iglesia Católica solía abrir orfelinatos donde hacía falta, no sé qué les pasó, que ya no lo hacen, pero fíjate que por iniciativa privada, se recogió un dineral para hacer la primera Colmena en mi país, ojalá dichos esfuerzos se multipliquen.
Ah, una Colmena es una casa hogar donde los niños de la calle reciben techo, comida y afecto, espero que también educación pero eso último no lo sé con certeza.
Lo primero que hay que hacer ya lo estamos haciendo Poeta, sensibilizar, crear conciencia, despertar la razón ante la cruel realidad de nuestro entorno, y luego participar cada quién con su grano de arena en las iniciativas que salten aquí y allá, o incluso, aquél que tenga cómo, iniciar las iniciativas (valga la redundancia).
Abrazos infinitos y siderales.