Mis postrimerías mundanas

Vengo de una celda irrespirable,
caliente, cerrada y estrecha.
Mi vida fetal fue un pequeño infierno,
del que pude salir a los pocos meses.

Pasé a un estadio de purgatorio
con dependencia e irreflexión infantil
durante largos años de desasosiego.

Mi adolescencia y juventud
fueron su prolongación
con atolondramiento y fe incierta,
de la que no supe salir a tiempo.

Subí al cielo de la paternidad,
de la enseñanza pública
y de la jubilación actual.

 

Grandes letras, permíteme decirte que ya casi te alcanzo, en estos momentos estoy en el grado del cielo de la paternidad. Un gusto leerte.

 

la vida transcurre corriendo, de un gris a otro,
a veces sin ser felices...
espero que en tu adultez aprendas
que la vida son pequeños instantes
de naufragio, soledades y breves alegrias...