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Mishel

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Raamses, 3 de Mayo de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 416

  1. Raamses

    Raamses Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    1 de Abril de 2010
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    427
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    Género:
    Hombre
    I
    Mishel ha dejado de sangrar hace pocas horas,
    le ha ido tan mal que ha hipotecado a las sonrisas,
    a la calidez de su piel la ha hecho refrigerar,
    le ha puesto un cartel de “abandonada” a su propia vida,
    no es victimizarse, es canalizarse, se dice a si misma,
    no es llamar la atención, es quitarse la presencia, se grita,
    para conseguir en el vacío esa soledad,
    que si alguien la roba realmente Mishel sola quedará,
    con su bella voz ahogada por el eco al resonar,
    con un silencioso grito como un dormido cristal,
    hace pocas horas que Mishel pasó de la tumba a un vitral.

    II

    Mishel ha dejado de brillar en la perdición con elegancia,
    su palpitar la confunde, ya ha muerto una vez sin tristeza,
    es como fundir el despertar en una lava vengativa,
    y encerrar al llanto en un foso de una despectiva arcilla,
    es sentirse escondida del mundo sin un cuchillo para la despedida,
    es como si la fueran expulsado con repudio de esta existencia,
    pierde las ganas porque no puede ver al cielo para entregar su plegaria,
    no puede ver las estrellas para sentir que llora acompañada,
    su hoyo está envuelto en tenue y fragante dolencia,
    empieza a escalarlo a cuesta de sus heridas internas,
    hace pocos momentos Mishel pasó del vitral a la abulia.

    III

    Mishel ha dejado de conversar con su desgana,
    el deseo de volver parte el cuerpo en dos con gracia,
    la vida se ha vuelto cruel, pero sentirla es algo magnicida,
    las rodillas son felices de romperse por algo que las acaricia,
    el rocoso cuello no siente la brisa del prado acercarse a tientas,
    Mishel prefiere que el amor muera en ella, lo siente como libertad,
    hace pocos vendavales Mishel ha pasado de la abulia a la pena.

    IV

    Mishel ha dejado de ser bella por dedicarse a las punzadas,
    además de sentirse danzando en un mar de indeferencia,
    las rocas le golpean la integridad con una alta desdicha,
    viste un vestido rosa enrojecido por la descarga emocional,
    empieza a dar círculos en un atajo para llegar antes a la infelicidad.

    V

    Descolocada y en deshielo la vi caminar en contra a mi sendero,
    el paisaje a su alrededor no huía de ella con miedo al miedo,
    pero sus pasos indicaban siempre un doloroso precipicio,
    un encantador y perfecto negro precipicio,
    levanto aquella mirada averiada por su terremoto continuo,
    y pronuncio las palabras de un espectro adorador del dolor
    que insinuaban en mí su propio reflejo.
     
    #1

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