Misión general de todos.

Que Dios te lo pague.
Que Dios te persiga.
Que Dios te conserve, por muchos años.
Que Dios te disguste.


Que Dios te disfrute. Que le des pena, o risa. Je, je, je.


Que Dios te enaltezca.
Que Dios te favorezca.
Que Dios te enriquezca, y te colme de Sabiduría.
Que Dios invente una Bruja Avería, que arruine los transistores.





Que Dios nos cure, y no nos perjudique. Que Dios nos oiga, porque estamos chillando.


Que Dios nos parta la crisma...
Que Dios nos crucifique...
Bah...
Da igual. Seguimos estando solos. ¿ Qué hacemos ? ¿ Servimos, o hacemos Justicia ?


¡ Ah, ya ! Hacer Justicia es como cantar, todos a coro.

 

Servir o esperar que nos sirvan es la prerrogativa de unos pocos, por lo tanto es alienante. Hacer justicia, aunque teóricamente recae en manos de pocos, ha sido más efectiva y trascendental cuando fue interpretada por las masas. Saludos cordiales para ti Nommo.

 

Servir es excelente. ¿ Por qué ?
Porque puedes servir como poeta...
Como escultor...
Como violinista...
Como arquitecto.
Si no sirves para esto, dedícate a otra cosa.


El Servicio no es alienante.


Servir es preciso. Es menester. Y la Justicia es la reunión de todos.

 

Servir como acto alienante en el sentido de lo cada vez más solitario que puede llegar resultar.

 

¡ Ah, claro, discúlpame !
Sí...
Tu obra maestra, ¿ Verdad ?
Tarda en llegar. Claro...





Beethoven servía como compositor, pero se iba quedando sordo.