Modernos barberos.

De los oficios más abyectos
que nunca existieron
merecen mi mención
los modernos barberos.

Sacamuelas también llamados
al siglo XX se actualizaron
y aunque bastante se refinaron
siguen igual de despiadados.

Sus instrumentos de trabajo
sacados de la peor pesadilla
ya quisiera Torquemada
en vez de inquisidor
haber sido un dentista.

Sentado en decúbito
en un diván de frío cuero
de un rincón aparece súbito
el verdugo torturero.

Abriendo una gorda cremallera
de su oscuro capuchón
te indica que no te muevas
o te acabará perforando el mentón.

Hace cometarios referentes
a que debes estar tranquilo
mientras introduce en tu boca
un tremendo pincho de largo filo.

Aunque es de poco caballero
esta solución extrema
agarrar sus genitales
puede ser gran estratagema.

Haremos hoy un pacto
valla y trabaje fluido
y como sienta el menor daño
usted en sus huevos, un crujido.





PD: Con todos mis respetos a los todos los estomatólogos.

 

Lo malo...., si es 'la' dentista.
A ver a donde echar mano...
Sin saberlo de antemano
y sin pecar de optimista,
mejor mirar en la lista
el nombre del cirujano.

jajaja.

 

Fina, documentada y genial comicidad, tus versos desanimarían a cualquiera de ir al dentista...ja ja ja, te felicito,a mí de niño si me tocó que me atendiera uno como esos (un inquisidor de la odontología)

 

Exacto Malvarrosa, muy aguda, has acabado mi poema, no había reparado en "la" dentista, pero vamos en esencia la tortura viene a ser la misma...jejejeje...

Gracias a todos por vuestros comentarios.
Un placer