Momento de serenidad

Una mañana plácida y reconciliada,
Una mañana en el aula penumbroso,
Una mañana alumbrada y callada,
Con cielo quieto y silencioso...

Con las emanaciones matinales
En la pared los rayos reverberan
Los árboles, dorados, otoñales,
Con su fulgor los aires alteran;

El cielo despejado e insondable vierte
La luz de refulgente mansedad
Y con su fondo diáfano advierte
De la presencia de la eternidad..

 

Claro; siempre está presente. Hay ciclos de nacimientos y muertes, y una evolución constante. Nos gustaría mucho presenciarlo todo, pero lo notaríamos y sentiríamos mucho, no poder ayudarlos a todos. Por ello, sufriríamos. Entonces, en el cielo, se sufre bastante. En el cielo, parecemos estúpidos. No podemos hacer nada por remediar los males del plano físico de existencia.

 

Creo que efectivamente dándonos cuenta de lo imposible que sería ayudarles a todos, sufriríamos y pareceríamos ineptos, puestos en condición de unos eternos testigos..