Moneda hundida

Te descubrí esperando el colectivo,
me mirabas desde el corazón del asfalto,
tristona.

Caíste, de seguro,
entre el calor del verano en el piso blando.
Una tras otra las ruedas te fueron enterrando.

Vieja denominación,
ya no valés ni la agachada.
Tal vez algún avivado te dió de vuelto cambiada,
y de bronca te tiró al suelo el estafado.

Un día has de sobresalir de este asfalto gastado,
o, previo a alguna elección
han de repavimentar sobre tu esqueleto
una fina capa de promesas de mejoría.

Tal vez yo ya no esté para entonces.
La civilizada urbe, como a tantos,
te usó.
Te dejo un adiós,
que llego tarde,
(a ninguna parte)
moneda hundida.

 

Oye, que buen poema a una moneda, te pasaste de buen poema, en verdad!!!
Un abrazo!!!

 

La poesía está en todas partes, sólo hay que saber encontrarla... y la encontraste esperando el colectivo (¿el 71?).
Un abrazo.
Dany.

 

Buen poema y original.Un abrazo amigo