Mónica.

Nos convertimos
en las palabras
que no pronunciamos.

Que gran variedad
de locuras me ha hecho
cometer el amor.

Si tuvieras
a mi hijo esta noche,
lo llamaríamos Nerón.

Quiero que me cuentes
todos los secretos
que me debes.

Mis huesos rotos
se sueldan de
una forma anormal.

Solo para amarte
de una manera
más cómoda.

Sin mi alma no
hay vida. Sin
tus ojos no hay vida.

Mi agridulce Mónica,
eres una torta
de chocolate angelical.

 

Moldearse para ser la mitad que complemente un todo.... el amor
ofrecer la esencia misma para armonizar el instante y convertirlo en grandeza
Bellisimos versos, destilan tanta ternura
hermoso poema
un placer leerte
Kikos y Abracitos
:::hug:::