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Monólogo y retrato de un asesino (Habla Danni Fields)

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por negrojf, 3 de Febrero de 2010. Respuestas: 2 | Visitas: 3592

  1. negrojf

    negrojf Poeta recién llegado

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    No me alcanzarás, noche malva, no me alcanzarás. No me alcanzarás noche roja, noche infinita, no sentiré nunca tu aliento claro sobre mi vestido negro y mis zapatos de abismo. No me alcanzarás como no me alcanzaste nunca cuando me filtré por las ventanas de las casas tristes y por la bruma escarlata de los edificios y los lupanares empuñando el cuchillo desnudo como una luna afilada y una capa como una sombra larga, como una tinta negra derramada sobre el suelo frío. Me burlaré de ti, noche, y me tornaré felino, caminaré triunfante sobre los pianos, me haré cuervo para vigilar los tejados, me haré niebla que emerge como espíritu en los callejones grises, me haré pantera para dar el zarpazo que descuartiza a los cisnes más puros y las frutas mas lascivas. Noche, la tendré frente a mis ojos purpúreos sin saber siquiera su nombre, sentiré la sombra del divino Calígula en mis dientes y un vértigo azul cruzando mis entrañas. Recordarás entonces noche, noche malva, aquella mujer en los trigales, su danza bajo el cielo cristalino, sus ojos verdes que el sol convertía en dorados como espigas o como leopardos. De cómo me le acerqué una tarde de Agosto, de nuestras conversaciones con el ocaso de testigo, de los pálidos cartuchos que le regalé, de su rechazo y su carcajada cruel. Entonces como la gélida luz de las estrellas atraviesa la piel del agua, así me introduje yo en su vieja casa de muros blancos una noche invernal. Entonces noche, noche malva, la sombra de los objetos como fantasmas, la nieve tras la ventana como cuchillos, su rostro de mármol fino frente a mí, una medialuna roja en el aire, medialuna veloz como una espada y una rosa cortada sobre el mantel. Su sangre corrió bajo la mesa como furias o como cardenales y ay, noche malva, dibujó la silueta de un perro o quizá de un lobo sobre ese parqué helado como el último círculo del infierno. Dibujó mi destino, el destino nocturno de Danni Fields. La sangre corría densa, lenta, mirando vengativa las princesas de porcelana y los relojes colgados de las paredes hasta dar a la puerta bajando como una débil cascada por las escaleras de la entrada. Una gota tiñó de sangre la nieve y yo mirando descender por la ventana la nieve como cuchillos sentí como de la luna me asaltaba el vacío, un vacío intenso, quería que el trigal de Agosto se convirtiera en un océano del color de tu faz, noche malva. Entonces me esfumé en el aire pesado sin dejar rastro.


    Como aquel vagabundo poeta de arena, estoy ahora en la torre más alta mirando con asco los bárbaros caballos azules pisoteando a los jóvenes estudiantes en la plaza, a los caballos azules escudándose tras los príncipes y los reyes, a los reyes ocultos tras un vapor azul y denso. Miro las balas a quemarropa hiriendo las palomas, las máscaras diurnas que las estrellas de azafrán desvanecen en los molinos rojos y en los vapores del vino, vino como tus ojos, noche malva. Qué vulgar hipocresía, que cobardía, y se atreven a juzgarme con sus dedos huesudos y débiles. Yo dejo por lo menos grabados delicados trazos de sangre en las paredes y una rosa cortada sobre el mantel como una firma invisible o un mensaje cifrado. En esas paredes heridas estoy yo. Qué poca cosa es el hombre, qué vulgar hipocresía, que cobardía. Tan vulgar como el asesino que salió ayer en el periódico, seis veces seis dagas bailaron sobre los ojos de una mujer cuando bastaba una pincelada sobre el lienzo. La ira es enemiga del artista. Qué poca cosa son los hombres y su moral lánguida, en el teatro pensé que si Lady Macbeth no se hubiese lavado las manos sería más grande. La culpa es enemiga del artista. El artista está más allá del bien y del mal, más allá del espacio y el tiempo. Bien gritó en el crepúsculo un filósofo rompiendo los cristales de los vitrales encarnados de las catedrales de Maguncia. Qué grande soy, soy grande, más grande que tú, noche malva.


    Soy gato, soy sombra que descifra el álgebra de las calles, soy pájaro nocturno que siente el perfume de las esquinas, soy silueta sin rostro que entiende la voz de los faroles. Soy grande como una locura silenciosa y grande me sentiré cuando sienta su cuello entre mis manos, cuando sienta sus rápidos latidos. Diástole, sístole, diástole, sístole, no será un redoblante lo que tenga en mis manos sino la vibración de su alma como la cuerda de un violín suspendido en un grito. Y entonces el silencio y un suspiro. Me esfumaré como siempre, noche malva y me fugaré desvanecido. No me alcanzarás, noche malva, no me alcanzarás. Seré el perseguido: Danni Fields. El incomprendido por los siglos de los siglos.
     
    #1
    Última modificación: 3 de Febrero de 2010
  2. Ivonne Estefanía

    Ivonne Estefanía Poeta fiel al portal

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    Me gustó la manera como describes las escenas, y la temática me encantó...

    Muchos saludos. Un gusto leerte.
     
    #2
  3. negrojf

    negrojf Poeta recién llegado

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    26 de Agosto de 2009
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    22
    Gracias Ivonne por tu comentario y por tu apoyo...

    Un abrazo:
     
    #3

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