Morir de amor

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Ayer te vi por la calle ibas del brazo de otro,
fuerte ira inundó mi rostro al verlo asido a tu talle.
Ese talle que fue mío y que perdí por idiota
y hoy mi vida ya está rota ardiendo en un fuego frío.
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Fuego que hiela mis venas de escalofríos que matan
y celos que desbaratan creando en mi sangre hienas.
Hienas que ansían morder de tu amante su pescuezo,
pero parándome rezo; ¡eso no lo debo hacer!
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Solo yo soy el culpable, no te supe respetar,
por eso debo cargar con mi vida miserable.
Lloro clamando a los cielos no me quiten la cordura
y que aparten la locura de ese monstruo de los celos.
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En mi alma se desespera ese grito que no sale,
pidiendo mi amor que vuelvas y en tus brazos cobijarme.
Volaste mi amor del nido, vacía quedó la calle
el barrio perdió su brillo ese día en que marchaste.
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Ya no disfruta el camino del cimbreo de tu talle
y algo en mí se ha extinguido desde que tú me faltaste.
Sin ti mi vida está huera, de nada sirve quedarme,
abandono ya esta tierra que nada tiene que darme.
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Que si me falta tu amor lo mejor será matarme,
ya no soporto el dolor que al irte me ocasionaste.
O me cuelgo en una higuera y termine ya este cante
o un buen tiro en la sesera y Dios me lleve “pa' lante”.​

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