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Morir en el olvido

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por niger77, 23 de Marzo de 2008. Respuestas: 1 | Visitas: 484

  1. niger77

    niger77 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    23 de Marzo de 2008
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    Secar al sol

    La vida me arrastra hacia el infinito ocaso de la realidad,
    en la cual ya no tengo nada que perder sino
    solo la vida misma que ya no es mía, pues dejo
    de pertenecerme hace ya mucho tiempo,
    la perdí por no saber amar con la misma pasión
    con que ella me amo, nunca reconocí que era
    ella quien todo me lo ofrecí y que a cambio no pedía nada de mí.
    Para que volver a vivir si ya nada puede ser igual,
    todo lo que antaño fue, quedo en el pasado,
    mi vida se consumido como una flor, que por la mañana era,
    y por la tarde no fue más que hojas marchitas,
    que el sol seco y el viento esparcio por todos y ningún lado.
    Mañana quizá volveré a vivir, mañana quizá me
    despierte y me de cuenta que todo fue tan solo un triste sueño,
    que la noche trajo y que el alba se llevo.
    Por la mañana sonreiré y por la tarde llorare…
    Sol, tu que juraste ser eterno ¿por qué tan rápido te apagaste?
    Luna, tu claro, no brilla mas en medio de mi oscuridad.
    Cuantas montañas tengo que atravesar para encontrar la felicidad perdida,
    La felicidad que en otro tiempo juro ser solo mía y al instante se desapareció.

    Volar juntos
    Al sanar las alas que antes estaban rotas, quizá ahora podamos volar juntos…

    Mis alegrías tristes
    Caminando entre las líneas de mis recuerdos,
    entre la orilla y el ancho olvido del atardecer
    que hay en mi, no encuentro sino tan solo
    nubarrones de lo que antaño tuve, y de lo
    que anhelo volver a tener en un futuro que
    para mi ya no existe, dejó de ser cuando
    cerré la puerta de la felicidad.
    Volver, volver, volver; entre la realidad
    de antaño y la soledad de ahora los
    pasos son interminables, empiezan uno
    adelante y terminan uno atrás.
    Qué me puede entregar mi futuro
    que no me haya dado ya mi pasado.
    Lo que al tenerte perdí, lo que perdí al tenerte,
    la realidad de mi vida se hizo presente y
    descubrí quien era y quien no quiero volver a ser.

    Estoy en casa
    Estoy en casa y al otro lado de la acera unos niños juegan a la pelota, uno de ellos se ha echado a llorar porque otro le a pegado, sin querer, con la pelota en el rostro, los demás le insultan y le gritan llorón, pero aquí en casa la tranquilidad reina y la paz que antaño tanto anhelara se ha hecho presente. Los niños no paran de gritar y de jugar con su pelota, mientras el otro niño, al que han pegado sin querer, sigue llorando, el sentimiento es tal que el pequeño ha experimentado el dejar salir un dolor retraído o mas bien retrasado, ha explotado sin querer, el sentimiento de soledad que le ha causado la indiferencia de su propia vida, en sus escasos años y su escasa y corta vida ya lleva consigo penas que los mayores tan solo deben cargar.
    Estoy en casa y a algunos minutos de aquí en un restaurante la gente come y celebra la vida y el lujo de poder vivir como muy pocos, y en ese mismo lugar, pero sirviéndoles a ellos, están también otras personas, personas que han ido a ganar un sueldo, mísero por cierto, para poder mantener a sus familias. Una de ellas, una mujer, que en lo mas hondo a sufrido los embates de la depresión de poder ser amada en su totalidad, o al menos, no como ella hubiera deseado; sufre. Su nombre no es preciso mencionarlo pues se puede, y por cierto que se confunde, entre los demás nombres, pues todos allí han sufrido los golpes de alguna u otra manera, como aquella mujer que abandona por su marido ha tenido que hacerse cargo de sus tres hijos y salir adelante no ha sido fácil, pero su orgullo la ha mantenido firme. Y aquí la felicidad se siente bien.
    Estoy en casa y a muchos kilómetros de distancia en otro estado del país, en otra ciudad, en otra colonia y en otra casa, mi familia sufre y se mantiene unidad como una sola, luchan por mantenerse unidos los unos a los otros, brazo a brazo, y como arboles bien plantados pueden esconder entre sus sombras a muchos, la felicidad les acompaña, pues el hecho de estar juntos ya les es suficiente para vivir, aunque haya momentos de tristeza y el pan falte, siempre estarán ellos para apoyarse en los momentos difíciles, benditos ellos. La paz que reina aquí se instala porque viene a quedarse.
    La noche ha llegado, los atardeceres son tan tristes y los ocasos no los soporto mas, quisiera salir gritando, salir corriendo, sin embargo, mis pies no encuentra ya mas camino por andar, el sendero se ah terminado. Un canto triste, una trágica noticia han llegado hasta mis oídos; ¡La vida agoniza! Tan sola, tan triste, que será de los que aun no han amado? De los que aun no encuentra entre las flores, entre el jardín, la que han de arrancar. Estoy en casa.
     
    #1
  2. Vianne dPraux

    Vianne dPraux Poeta que considera el portal su segunda casa

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    14 de Enero de 2008
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    Mujer
    a decir verdad muy buena union de aquellos versos y tu escrito en prosa, escucho sentires y mucha emotividad en ellos, me ha gustado bastante, un beso y bienvenido a mundopoesia :)
     
    #2

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