Motel City

Si cae la lluvia destroza al amor,
y los besos son la copa que sostiene nuestra sangre.
La luz es ámbar.El túmulto es alcoholico.

Las noches pasajeras vuelan
hacia su propio nido,
la Luna se esconde,
las mujeres lo permiten.

Los labios son desiertos de pasteles putrefactos,
que hablan y no callan,
que gritan sin gritar.

Legado de locura,
de drogas de cerebros
y cerebros por drogas desactivados,
habitación oscura,
decorada por mujeres,
una en una esquina,
otra duerme en su cama,
soñando con inyectarse el néctar de la heroína.

Olor de tres demonios,
y de cuatro camareras,
con apuestas por sus tetas,
con propinas en sus medias,
cabeza de problemas
y un líquido problemático,
que te olvida esta noche
y te mata al mediodía.

La luz es ámbar en este caos asfáltico,
de curvas y de nervios,
de hombres de apariencia
y apariencias por ser hombre.

Solo queda la lluvia,
la sangre de metal,
un pañuelo de la abuela,
un cuadro en el espejo,
una habitación oscura,
una mujer en una esquina,
otra tirada en la cama,
se nota en su mirada que solo desea morirse.