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Muerte al despertar

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por w0lF, 20 de Octubre de 2005. Respuestas: 1 | Visitas: 1631

  1. w0lF

    w0lF Poeta recién llegado

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    19 de Mayo de 2005
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    - Hoy oí una voz... No eras tú. Era una agonía. Clamaba por agua pero nadie derramaba su jarro sobre sus secos labios. Un sueño quizá pero la noche no me acompañaba. Un pensamiento quizá pero mi cabeza estaba en blanco. Balanceo de mis piernas hacia delante. ¿Hacia dónde camino? ¿Es el sendero de la perdición, la senda de lo prohibido? La línea de mi vida es esa agonía que clama por agua. Envejezco por no estar aquí en esta situación. Necesito algo más que un reflejo, una imagen de ti sólo en el espejo no me llena. Necesito que vengas al mundo del tacto, al mundo en el que lo que cuenta es un abrazo. Las palabras son perecederas pero los hechos son inmortales. Necesito entonces alas de ángel, volar para seguir tus huellas mi pasión ha sido. Describir un amor lejano, un reflejo que no existe, un líquido esencial para mi existencia que no me es proporcionado, sólo, atontado... Nada pasó cuando estaba en aquella silla atado. Un pensamiento me dice que debo pensar que todo será bonito y los males se quitarán.
    No le creo, estoy hecho de sangre azul y esa es incorrupta. Pero no carezco de visibilidad ciega, de desenfoque que no me haga caer, tambalearme en las vías de este tren. Quizá me equivoque, pero andando en esta senda me encontré señales que decían que no existías, pero sin embargo te sueño cada día...


    - Anoche soñé que estabas a mi lado, en un lago, abrazados, cogiditos de la mano, era muy bonito pero el sueño se esfumó, y tuve que enfrentarme a la realidad: ¡tú no estabas!
    A veces prefiero soñar que despertar sola, porque no hay nada mas bonito que soñar con tu presencia pero no hay nada más amargo que saber que te he perdido en un sueño largo y profundo.


    - Quizá ese cubo que alcé del pozo de mis lágrimas se esfumara porque no vio cumplido ningún deseo que pagué en cada vez. Es el mismo que sonríe mi llanto, mi lamento, mi caída. Mi eterno perder en un sueño intenso y sin fondo. Mi eterno saber es un lodo negro y marrón lleno de fango que convierte mi palpitar en un rebobinar constante de dolor. ¿Por qué? Porque eres la estela que no consigo alcanzar y la estrella que brillar puede y cegarme tiene por verte en tu máximo esplendor. Prohibida eres. Sin embargo, estoy criando mis agallas para seguir a tu lado aunque mi almohada siga mojada de sal húmeda, deformada por los constantes apretones de extremidades humanas pertenecientes a mí. Curiosa forma de vivir un simple momento. Pero infinito es lo que mi brazo puede alcanzar a ver aunque imposible sea el objetivo principal de mi caída y vuelo. Mi ángel, me proteges de tomarme ese objeto apenado por la soledad y de mi final en su consumición. Eres la sirena en mi lucha por nadar, yo atado a un ancla, que llena de oxígeno mi pensar cuando me ahogo entre los lazos de los regalos sin relleno. Estos son los diablos que me apagan la llama de mi sentir. Los “pieles roja” que me achuchan con su tridente para inscribir una palabra en mi piel: MUERTE.

    - Soñar. Soñar es fantástico. ¿Pero de qué me sirve mojar la almohada cuando mi amado no está siquiera a mi lado? Capaz sea mi mente de jugarme una mala pasada y negar su existencia. Aunque tocar sus manos y entrelazar nuestros dedos mi pasión es, cogiditos de la mano de nuevo, pero soñando…
    Ansío la época primaveral en que los dos hablábamos en verso y cosíamos flores llenas de alegría en actos de sonrisas. Cualesquiera que fueran mi actos aquella vez y felicidad me abrumaba los sentidos que jóvenes en mi cuerpo estaban. Pero soledad y tenebrosidad hallo en este momento, me siento morir, me siento no sentirme y mi corazón ya no palpita por nada, porque ni verme puedo el lucir de mis ojos al sentarme en un espejo junto a un maniquí que me imita. ¿Acaso es él quien está al otro lado, mirando? Después de todo, sólo es un sueño…


    - ¿Para qué querer a alguien perfecto cuando lo imperfecto me llena con creces? Desearía haber nacido en tu regazo para comprender tu mirar y saber que lo único que haces es comunicar amor, sentir vida junto a mí, vivir perfectamente en tu imperfección. Resurgir de los ánimos que separados creamos y resistimos y componer dulces melodías de dragones y princesas, de príncipes y reinos de justicia y blancos mantos, donde la fertilidad de los campos sugerían tu más palpitar sincero y alegre que mis oídos han podido escuchar.

    - ¿Cuándo entonces saldré de este letargo andar? La senda es larga pero mis pies no se mueven. Parada. Soltar mi mano la criatura que me sigue y vigila cada movimiento de manecilla es lo que mi respirar aguanta para conseguir. Mis pulmones ni siquiera llenan sus cavidades de aire, sólo polvo y claustrofóbico gemido cuando su guadaña me corroe las venas. Siento que se me corta el vivir y estoy muerta, no de miedo, sino de locura interior. ¿Qué es lo que alcanzo para seguir sujetándome en las imágenes de recuerdos sombríos? No otra cosa que estupefacirme con débiles ilusiones de encontrar una salida a mi náusea de estar en este lugar arruinado por mi subconsciente.

    - Seguí oyéndote, pero dolor profundo y un respirar no pudieron en mí vivificarme. Más muerte que un aliento encontré entre estas paredes. En pesadilla nos han reunido y busco entre la hierba púrpura y los pájaros granates que danzan al son de violines que chirrían cánticos de penurias. Este camino que está lleno de pétalos negros y blancos me muestran una salida la cual alcanzo y se separa de mí. Ando y ando y mi logro es separarme cada vez más. Ya no corro. La gran señal que me conduce a tu mente se declara por las gotas de sangre que vertiste. Las bebo y sólo me hacen pensar en lo fúnebre que fue el día de nuestra separación.

    - Amado mío, que nuestra unión fuera causa de envidia y en pesadilla se nos reúna es mi soñarte. Porque el fiero león que devorarnos ha hecho quiso congelarnos pero sólo consiguió con su embrujo perdernos en los parajes inmortales.
    Aguanta y sigue hacia la espera que conmigo la guadaña está ceñida. En mi cuello mi piel connota dádiva de corte pero tú la sanarás porque eres mi galán caballero, andante cual luchador que desea romper el espejo de nuestra habla.


    - Amada, esperarte he llegado. Sólo confío en este dudar de si tus puños siguen firmes. Aquellas delicadas manos reafirman mi sospecha de tocar a la joven que yo esperaba ahora. Por eso el espejo de la incertidumbre se opuso entre nuestro manantial de felicidad. Y tú me ves reflejado pero yo a mí mas tú a ti misma con la carpa entre tu sien y tu espalda. A filo de espada cortar la maldición, que en banquete de espinas sólo rasgan este papel de palabras plebeyas. Encontrarte podré pero morir en el intento no podré evitar. De hecho mi espada resumirá este acto en un segundo, que en mi corazón la clavo para reunirme contigo en el inframundo. Te quiero.

    - Ya desperté del sueño…


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    #1
  2. TCD_Anonime

    TCD_Anonime Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    17 de Agosto de 2005
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    Sin palabras...
    Pedazo de historia!!..Me gusto mucho de verdad.
    Saludos!!

    "Anonime"
     
    #2

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