Muerte te dije.

MUERTE TE DIJE



Fueron tan largas las noches en que de a poco moría

tú me acosabas sin tregua una y otra vez riendo

tu labor no concluías con tu maldad refinada

me atacabas luego te ibas.

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Momentos hubo en que quise que mi vida te llevaras

me agobiaba tu presencia despiadada inmisericorde

antes de irte burlona me herías con cobardía

mas, me dejabas con vida.

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Muerte te dije, si vienes no te vayas cual cobarde

con negras manos vacías

te reto una y mil veces si no has de llevarme luego

déjame vivir tranquila.

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Al sentir tu aliento frío me dije llegó la hora

no he de irme sin luchar se muy bien quien me dio vida

mientras El no me lo ordene deberás irte mil veces

con negras manos vacías.

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Fue tan cruenta nuestra lucha Muerte queriendo llevarme

yo defendiendo mi vida el Padre siempre vencía

me ha inflamado de coraje cargaré con mis dolores

¡Sabiéndome Renacida!


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La vida es un milagro, que se apoya en el concepto de Ánimus.
El Ánimus fue descubierto por Karl Jung, quien fuera discípulo de Sigmund Freud.





Es aliento de vida física, masculino, paternal, conocedor. Relativo a la dama.
Por su parte, el caballero respira Ánima. Aliento de vida física, femenino, maternal, relativo.
Que busca relacionarse, y también, relacionar unos conceptos, con otros.
Entonces, el Ánimus indaga, pero el Ánima va formando toda una historia.
Un entramado. Por ello, ese arquetipo femenino, borda.
Cose, hace croché o ganchillo.
Mientras que el Ánimus sale a cazar bisontes.
Y al final, todos tenemos algo en común. Todos, o todas.