Mujer desnuda.

Otra batalla más.
Y más dunas, en el desierto del Sáhara.
Lejanos oasis prohibidos.
Y un Rally París-Dakar, que nos ha comprometido.


Pero que conste que nos hemos divertido. Vida tras vida, en este sin-fin que nunca acaba.


Vida tras vida, luchando por la medalla.
Devoré al escorpión, y a la mantis religiosa.
Luego, un escorpión mayor me despedazó.
Dijo que soy muy peligrosa.


En fin, las hormigas carnívoras me redujeron.


En fin, ¿ Iremos al cielo ? Es un embuste. Nos reprodujeron.
Como la música almacenada en un disco de vinilo.
Así somos las especies y las razas.
Siempre, al filo de lo imposible. Hilando fino.





Con mano izquierda. Con diplomacia. A veces, con apatía. Cabellos lacios...


Horchata en las venas. Gente atontada.
Yo me precio porque soy diferente. Voraz y agresiva.
Feroz y precisa. A dentelladas.
Me condenarán al Infierno. Eso está claro.


Sin embargo, lo pongo en duda. Represento el imperio de las mujeres desnudas.

 

Su musa desnuda lo inspira en cada parte de su cuerpo en transparencia y lo importante claro, es que usted poeta se ha divertido, es un placer leerlo y dejarle mi huellita, saludos

 

Gracias, Lunah. Sí, lo he pasado en grande, afortunadamente.