Nací para tumbarte sobre un lecho de flores

Vinimos a este planeta por cósmico
azar, como confluye lo minúsculo
indistinto a los faros del crepúsculo
cuando eterno impulsa su fulgor crónico.

Dentro esotro hallarnos, milagro entrópico;
amando aún si no arriban opúsculos
subliman vida cuánticos grupúsculos,
curva alegría del destino homónimo.

Sí, nuestra luz partirá de las córneas
de regreso a los astros y sus órbitas
acopiada en cien estaciones cíclicas;

mas ni el eterno sueño, ni las óseas
lagunas, ni mil maldiciones órficas
pueden con un amor de fuentes místicas.​

 

Hermoso milagro entr´opico, tu voz de estrellas. Maravilloso soneto. Un gran gusto leerte.

 

Mil gracias, Luciana; tus palabras me generan una gran alegría, en leer que te ha gustado. Agradezco que hayas querido pasarte a comentar.

Un abrazo.

 

El soneto tiene mensaje. pero no cumple algunas reglas, pues veo versos que no son endecasílabos, que no sigue en algunos versos el ritmo adecuado. Y que tanto en los cuartetos como en los tercetos hay bastantes rimas que no son consonantes, premisas necesarias para escribir un soneto clásico. Perdona mi franqueza.
Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Espero que mis palabras no te sirvan para desanimarte. Se aprende de los errores, aún me siguen corrigiendo. Con la lectura y la práctica uno va mejorando. Así, que ánimo. Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Tienes razón en cuanto al ritmo, Amadís, así como en el estilo de rima; tal vez el sector clásico no fuera el mejor para publicarlo. El verso que no es endecasílabo es error mío de edición, que olvidé cambiar "mundo" por "planeta". Gracias por pasarte a comentar.

Un saludo y un abrazo.