Nada que ver con la biografia

Y cayó la palabra de piedra
sobre mi pecho, aún con vida.
Anna Andrèyevna Gorenho

Y cayó la piedra sobre la palabra
no sobre otra cosa,
eso fue lo peor de todo.
Pudo haber caído sobre un domingo
o en el río, a fin de cuentas, ahí es donde mejoran todas las piedras.
No cayó sobre la mesa
donde el estrago sólo recaería en la pérdida de papeles sin destino
y tazas ensangrentadas de café.
O sobre el pasado,
donde todo su encanto reside
en que suponemos que pocas cosas son muy frágiles.
Pero no, cayó donde nunca debió haber caído,
sobre la fragilidad de mis manos, aún con mi pecho.

 

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Triste poema, querida Pilaresther, en su dramatismo de corte intimista,
bien expresado el sentimiento con halladas imágenes y logrado lenguaje;
(edité los acentos que estaban al revés);
un saludo cordial,
edelabarra

 

Edelabarra, gracias por todo, me ha gustado mucho que hayas reparado mi texto, esta computadora tiene el teclado en italiano y por vaga no busco las opciones para los acentos adecuados, sòlo que al final, seguro que sin darte cuenta, quedò...la fragilidad de miis manos, y es justamente... las fragilidad de mis anos, en este caso no lo reparo pues no sè exactamente dònde encontrar la letra "n", le falta la rayita de arriba no sè còmo se llama (jejeje), me encantarìa lo hicieras por mi. Gracias por la linda opiniòn que tienes de este texto, un fuerte abrazo, Pilar.

 

Como recibir saetas de desapego... de indiferencia.

Cuando nos consideramos que somos aptos para bloquear las flechas que nos lanza, esquivarlas o incluso atraparlas al vuelo, una de ellas, la más tierna de todas nos traspasa el corazón con dolor y sutileza.

Buenas pinceladas Pilar.

Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

De màs està decir Cèsar, que te asiste toda la razòn, gracias querido amigo por pasar, siempre te espero, un gran abrazo, Pilar.