Negándome amor

Sombras oscuras, figuras que desaparecen,
pensé que eran fieles, pero tan fácil se desvanecen.
Las personas más importantes, que siempre deben estar,
dígase claro, como es en mi caso, mi papá y mi mamá.
¿Dónde están? No los veo, ¿será que salieron?
Ah no, cierto, no se fueron. Ahí están encima mío,
que tormento, que me agobia, que harta estoy de mi paranoia.
Siempre cerca, vigilando, preocupados,
Pero nunca lo suficientemente a mi lado.
Nunca están, pero si a ustedes les preguntan,
se que dirán, que no me dejan ni respirar.
Y es que claro que están, físicamente no hay nadie más.
Emocionalmente me abandonaron, hace ya mucho rato.
¿Sera eso? O ¿será mi culpa?
Soy consciente de que yo me cerré por mi propia angustia.
Sin embargo, si fuera mi culpa, odio haberlo hecho,
odio ahora sentirme sin derecho, y sin respeto.
Si supieran lo que lucho, si se dieran cuenta de mi infortunio.
Cada día caigo y no dejo de caer,
y lo peor es que no tengo ni idea de por qué.
Será que me faltan mis padres, será que nunca supe cómo enfrentarles.
Grito y grito porque me den auxilio. Grito y grito porque me siento en el exilio.
Y eso no es lo peor, lo más triste, es que parece que a mí misma,
para siempre, me he negado el amor.
Sea quien sea, y a cuento de vieja,
amate si queres ser amada, ay que harta me tiene esa encrucijada.
Sobrevivir, la nueva misión, dígame usted capitán,
si para cumplirla, no doy de mi lo mejor.
Seguiré luchando, siempre intentándolo.