...ni que pasen los siglos

Queda en el aire
cuando pasas despacio con tu donaire
algo muy vago
que es el estrago
que has causado en mi alma con tu desaire.

Rico sería
si mendigo me vieras, pues pediría
no una moneda,
sino la seda
del pañuelo que lleves puesto ese día.

Son los destellos,
que parecen mil soles en tus cabellos,
¡lo que me alumbra!;
y es mi penumbra
el quedarme un instante después sin ellos.

Nunca sabré
ni el momento ni el día que moriré,
lo que es bien cierto
es que ya muerto
ni que pasen los siglos te olvidaré.

 

Celebro enormemente, querido maestro, que este ensayo en quintetos penta y dodecasílabos, haya resultado ser de tu agrado. Ciertamente tienen una forma alirada, como señalas. Mil y mil gracias por tu valiosa compañía, siempre esperada.
Con un abrazo muy fuerte.
Salva.

 

Muy bello poema, me gusta en su fondo y en su forma. Un abrazo amigo salvador. Paco.

 

Celebro, querido Paco, que estos intentos sean de tu agrado. Muchas gracias por pasar y dejar esta amable huella. Mil gracias.
Un fuerte abrazo.
Salvador.

 

Un inspirado poema de suave melancolía tensa el arco y la flecha del amor. Felicidades Julius 12.

 

Tampoco se olvidará la maravilla de estos versos que tu bendita inspiración nos brinda amigo Salva... Es puro deleite para los sentidos adentrarse en cada una de las estrofas que componen estos versos... Ayyy que se me escapan los suspiros de los bonito que suenan y de la alegría que albergan..Besazos, mi entrañable amigo, con toda mi adiración y todo mi cariño....muááááacksssss...

 

Muchas gracias, estimado Julius, por este comentario amable. Celebro sean de su agrado esta letras mías.
Afectuosamente, un saludo muy cordial.
Salvador.

 

¡Aya mi querida hada de los bosques de la Alhambra! Qué alegría produce encontrarte en estas letras mías. Llegas a vestirlas de gala con tu mirada amable.
Te abrazo con toso mi cariño y agradecimiento.
Salva.