Ni Un Segundo De Vida

Muero al día 86400 veces,
vivo en el abismo de no saber esperarte,
convierto enseres en abrazos,
arranco, de vez en cuando,
la mala hierba que crece,
sin permiso, junto al álamo;
cerca del lago.
De la fragilidad de una rosa,
tan sólo quedan espinas;
como látigos del tiempo,
como agujas para la primavera.
Y de tus besos…¡qué fue de tus besos!,
bellas psicofonías
que, bajo llave, custodia el olvido,
susurros de labios mudos,
estruendos que apagan mis sueños.

Muero al día tantas veces…
Vivo del recuerdo de aciagas noches,
máldigo la lejanía de las estrellas,
aguanto con un sólo músculo,
el peso de tantas muertes;
el peso de la vida.
Descansa corazón, hoy llegaré tarde,
no me esperes con la luz encendida,
hoy morirás 86400 veces,
mañana…mañana moriremos las mismas.

 

A renacer tantas veces en el nuevo día y con la misma pasión, poeta.