Nieve en las manos

Sólo queda nieve en las manos,
va derritiéndose por el dolor,
sin poder a penas articular palabra,
emergen lágrimas de hielo de aquel amor.

Hacía calor cuando nos conocimos,
paseos bajo aquel intenso cielo,
sonriéndonos, divirtiéndonos al caminar,
y, aquel corazón, imposible de silenciar.

Disimulados besos de helado,
caricias discretas llenas de intención,
miradas disimulando nuestro deseo,
iba incrementando nuestra emoción.

Sólo queda nieve en las manos,
derretida por aquel engaño,
arrepentida por los hechos,
lleva nevando desde aquel año.

Todo aquello me hizo creer en la magia,
olas doradas susurrándonos,
mientras acalorados,
nos dejábamos llevar.

Aún hoy los recuerdos son intensos,
cuerpos sobre la arena,
mientras que la noche se acerca,
paraiso de éxtasi y frenesí.

Sólo queda nieve en las manos,
congelando mi corazón,
despertando de aquel mágico sueño,
sentimientos luchando contra la razón.

Nuestros corazones latían al son del mar,
aquel amanecer cómplice,
mantiendo en secreto nuestra canción,
bajo lágrimas de felicidad.

Creí en la magia que creaste,
de que todo era verdad,
no me di cuenta de tu doble cara,
no me di cuenta de tu gran crueldad.

Ahora solo queda nieve en las manos,
escurriéndose entre mis dedos,
cayendo gota a gota,
junto con todos mis recuerdos.

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