Niño

Niño.

Sigo viendo el mundo
A través de la mirada del niño que fuí.

Un niño que las madres de mis amigos de la infancia tildaban de muy maduro para la edad que tenía.

En todo veía una vibración trascendental.

En la escuela durante las clases admiraba a los profesores,
Eran como ídolos para mi,
Y en el ambiente silencioso en el que explicaban las lecciones
Yo sabía que aquello era auténtica belleza.

De niño me pasaba el día en la calle,
Jugando a las canicas,
A la comba,
Al brilé,
Y por supuesto al fútbol y baloncesto en la pista de nuestro colegio.

Trataba a mis amigos con una cortesía y una lealtad máximas,
Pero yo,
Inocente,
Caía a veces en sus bromas pesadas,
Como cuando me dijeron que cerrase los ojos y no los abriera hasta que me avisasen.

Cuando me dijeron que los abriera,
Estaba lleno de arañas por todo el cuerpo.

Me fuí a mi casa enseguida a bañarme,
Pero estoy casi seguro que a pesar de ese lance
Volví a bajar a la calle con mis amigos.

Tener un padre ciego
Marcó mucho mi infancia,
Pues muchos se reían de el,
Por tardar más de lo normal en abrir el portal del edificio y otra serie de cosas.

A mí me afectaba pero me daba igual,
Pues mi padre salía a tomar los vinos y yo iba con el,
Pasándolo genial
Con la genuina alegría de mi padre.

Varias veces pregunté a gente que conoció a mi padre como era y sencillamente me contestaron que era un ser excepcional,
Siempre alegre,
Inteligente a pesar de no haber tenido estudios,
Gran conversador,
Generoso,
Amable
Y humilde con todo el mundo.

Había un vagabundo en mi pueblo del que todos escapaban.

Mi padre le compraba un bocadillo para que no pasara hambre,
Y hablaba con el como
Cualquier persona.

Ese era mi padre,
Bondad por los cuatro costados.

Hoy en día sigo siendo
El niño que fuí,
Y seré así siempre pues no sé ser de otra manera.

Un niño tímido
Con unos ojos capaces de ver donde quizás nadie ve.

Un niño que juega
Al maravilloso juego de la vida.

Un niño curioso
Que siempre tiene ganas de aprender.

Un niño lleno de secretos y muchas historias que contar.

No perdamos nuestro niño interior
Y siempre llevaremos con nosotros,
En nuestro interior,
Una gran semilla de vitalidad.

Una vitalidad que nos ayudará a afrontar el devenir de nuestra existencia.

Una vitalidad que nos hará libres.

Psycho