¡Niño!

¡Traicionero niño!...
que a mi corazón conquistó
con caritas de ternura
y brazos llenos de calor...

sin darme cuenta
de mi se apoderó,
dueño se ploclamó
y con destreza
mis males auyentó...

un jardín de sueños
para mi liberó,
con lluvia de sonrisas
mi jardín floreció...

¡niño!... de dulces besos
y traviesas caricias,
en laberintos de deseos
me llenas con malicia...

¡niño!...mi fe en Dios reafirmaste
eres el milagro que amo
por eso cada día
mi alegría a Dios ploclamo...

¡niño!...eres la melodía
que me hace bailar
y eres la razón para sonreír cuando quiero llorar...

¡niño!...de hombría firme
caballero de gran sentir
tu amor me enseñó a vivir
y de mis heridas logré redimirme...

¡niño!...a viva voz te digo
para amarte vivo...
eres tú, mi sentir altivo
en ti, la felicidad consigo.

​

 

Un poema que denuncia esa inocencia inacabable de los hombres.
Como son, serán: Como son de pequeños, serán de mayores.
Pero eso también les ocurre a las mujeres. ¿ Eh ?
Luego, nos cuentas una historia.
De cómo ese niño te hace feliz.
Y parece levantarte del suelo polvoriento del camino. Eso es un prójimo.
Tu prójimo no es cualquiera, sino quien levanta al caído.

 

Muchas gracias mi estimado Nonmo me ha encantado tu comentario...un abrazo

 

Muchas gracias mi estimado Maramin por tu grata visita y tus bellas palabras...un abrazo