No debí mostrar mi herida

Imagen tomada de internet

No debí mostrar mi herida
antes de saber quién eras
Ni abrir el viejo cajón
donde guardaba mis penas.

Cómo necesita un alma
de otra que al fin la comprenda,
pero resulta tan duro
sembrar en la tierra yerma...

A la sombra de tu noche
creció en ti la mala hierba,
no debí pedirle tanto
a un alma que vive en quiebra.

Yo iba buscando la luz
y solo encontré tinieblas,
fue así como compartimos
tu ceguera y mi ceguera.

Quise mostrarte mi herida
solo porque me creyeras
metiste el dedo en mi llaga
para obtener tu certeza.

Existe en los sentimientos
tantas falsas apariencias
que puede parecer rico
el que vive en la indigencia.

Quizás deba agradecerte
que por mi herida florezca
el blanco lirio marino
de un amor que fue belleza,
y a la muerte de ese amor
le canto una eterna endecha.


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Excelente tu romance, estimada Isabel enmarcando un gran poema que nos muestra que hay que saber elegir a la hora de mostrar lo que hay en el cajón de las penas y las heridas del corazón.

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Hola Cecil, qué alegría me da tu visita y tu lectura, cuánta razón tienes, al dolor del desencanto siempre lo supera el propio sentir el saber que hemos confiado, que lo que hemos dado no nos resta, por el contrario nos suma.
Gracias por lo que me dices. Cierto, con el corazón el la mano conseguimos nuestros poemas mas honesto.
Gracias por tu mágica huella.
El gusto es mío.
Un abraco grande
Isabel

 

Hola Guadalupe, gracias por tu hermoso comentario.
Un gusto tu visita, tu empatía, y tu huella en este espacio.
Mis respetos también para ti, y comparto ese abrazo en colores que tanto necesitamos ,
Isabel

 

Trae aprendizaje la oscuridad, estimada Isabel.
Un gusto leerte esta noche, mis abrazos para ti.

 

Gracias por tu paso, Maramín, eso es muy cierto, hay heridas que son sagradas que no debemos mostrar a nadie, que nos pertenecen, y llevan en ellas toda una historia, que fueron curadas, que quieran hurgarte en ellas para ver si aún te duele, es como mínimo decepcionante en una amistad.
Aunque elijamos bien, a nuestro juicio, siempre podemos equivocarnos. Pero para eso está la fortaleza, y el saber como salir de la oscuridad de otros.
Gracias por pasar Marcos , por detenerte a leer, y por tu amable huella.
Abrazos
Isabel

 

Qué bueno volver a encontrarte en este rincón, un comentario tuyo siempre motivo de alegría, gracia por tu tiempo y por tu generosa huella.
Recibe un abrazo inmenso, compañera.
Isabel