No es difícil darte la vida

Mientras giraba la tierra
y nos cubría la tarde,
nos subíamos al viento
para volar al ocaso,
las manos extendidas
tocando el horizonte,
abriéndonos camino
entre los cañaverales;
descubrimos nuevos astros
y les poníamos nombre,
hasta que el alba en sandalias
nos despertaba impaciente,
sobre los turbios arroyos
inauguramos un puente,
hecho de troncos añejos
y piedras resbaladizas;
inventábamos palabras
para explicar el silencio,
dibujábamos la vida
con pinceles de amapola,
y en un cuadernos amarillo
manchado con acuarela
registrábamos canciones
y patentábamos besos.

 

Apasionado amigo!
Muy grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Felicidades por este magistral poema lleno de romanticismo y fuerza. Un saludo.

 

gracias amiga, grato leerte a ti siempre

 

Bello...bellísimo!
Gracias por tu arte.