No estacionar ni detenerse

Hoy es el día, acaso.
Hoy es el día siempre,
si no piensas en mañana.

Se que duele eso que falta,
empezamos a mil kilómetros de aquí
y aún seguimos andando
viento en contra y desolación,
no lo olvides.

Décadas encima,
la compasión se cansa
- ¿quién se compadece de uno? –
El discurso se desempolva,
las marionetas renuevan sus hilos,
la función sigue.

Tropas,
ejércitos enteros de gente entrenada a fuerza
a pensar sólo en su conveniencia.
Vista al frente,
panel de vidrio curvado, óptica deforme.
¿quién puede ver con claridad
qué es lo que le conviene desde este pensamiento acorazado?

Vereda de la sombra,
naturaleza en la opuesta.
Kilómetros hechos, metros acaso faltantes;
metros nos separan.
Metros del otro,
metros de la celebración,
metros de estar juntos.

Vista al frente,
a la carga.
Ejércitos,
tropas enteras bailando a un mismo ritmo
una danza que se torna solitaria.
¿Por qué nosotros no?
¿Por qué no nosotros
nunca sentirnos finalmente listos?
Lejos del dolor y la vergüenza.
Libres.
¿por qué?

Si no piensas en mañana,
hoy es el día acaso.
Hoy es el día

siempre.

 

parece una estampa cotidiana de mi surrealista país, al inicio para más lecturas y algún comentario.
Abrazos poeta.

 

Hermosura magnífica de poema precioso, muy lindo.