No hay más Rimas

Ya me ha invadido el desvelo,
la turgencia de tu estampa se ha desvanecido.
Tu voz aún perdura en mis sueños,
Me deja el alma recogida y el aliento convertido en espumas
¡Yo soy esa que pensaba en poseerte!
En adueñarse de tus caderas y tu pecho,
Y sobretodo de tu mano, que estirada atravesaba puentes.
Ya no me quedan más que retazos de sueños,
Mi alma se ha encerrado como botón de rosa.
Llevo la angustia del recuerdo y de nuestro idioma,
de tu voz tan clara y serena, lo mismo que vana.
Me duele, me duele el pecho con la sangre de tu ausencia,
Se vacian mis ojos hacia adentro...
No soy más que la espera, soy el árbol desojado
Y la sombra perdida de nustras siluetas.
La esperanza no es más que ecos y mi pena la nube que tapa el sol.
Ya las ilusiones se han vuelto volantines
y tu mirada y mi mirada nunca más enfrentadas
se han perdido en el viento que desordena tu cabello.
Yo soy aquella que espera, la que tanto ha esperado que se le pasa la vida.
En mi no existe el tiempo para medirte, y tu recuerdo se ha bebido mis horas.
No hay más rimas, solo queda el desencanto,
La ausencia de miradas y de dulzor en el pecho.
Se me voló tu frente, se me perdió el anhelo
y tengo miedo de perderme lo mismo que te he perdido...