No hay mucho ahí

Me resulta difícil aquella idea de amar,
en ciento ochenta grados,
sin llegar a dar la vuelta completa,
complexión tan inconcreta a mi moderación,
tan imperfecta,
del verso y del contra verso,
escribo sencillo
pues no soy animal tan extenso
a mis propios problemas
ni a mi desigual vida,
volátil y descolorida,
por la resina de aquellas personas cretinas...

Es que cuando no tengo color,
las paredes solo dan un haz de brillo,
tan compasivo y herido,
dañando el amar y aquella polaridad de mi sombra,
impuesta y ya sin forma,
sin vida y sin materia prima.

Versos sin vida
desplasence por donde quiera la elástica
comida,
del azul del cielo
y el rojo del ártico,
hagan un espacio a quien quiera
posarse sobre este tren espacil,
en contraposición a los noventa,
ochenta
y la libertad.

El azul del cielo
se hace tan intenso, pero sin miedo
y sin tanto alardeo
de que esto se lo come hasta el propio fuego
de aquellos mis pensamientos que no quiero,
pues propdía decir un par de letra más revueltas,
y censurarlo como porno podrían,
se haría mas grande su herida,
ya sin sangre viva,
más con puras chispas de sus insesantes melodías,
tan tristes,
sin mucha rima...

 

cuando se nada sobre cristales rotos... Un gusto pasar

 

Bello, un trabajo admirable y precioso, muy lindo, perfecto.