No llores más mi niño, eres afortunado.

A mi nieto, mi duende, mi muso.[/FONT][/COLOR][/I]

No llores más mi niño, eres afortunado,
cuando amanece el día nada más despertar
al abrir la ventana haces guiños al mar,
las montañas felices lanzan un beso alado.

Cuando duermes la siesta lo anuncia el campanario,
las montañas te mecen en faldas de amapolas,
el mar pisa la arena con silenciosas olas
y el cuento de la abuela forja tu imaginario.

En tu piel" beso de ángel"como un dibujo rojo
capricho de un ancestro que al mar le pidió amores
y es tu estrella marina la huella de ese antojo.

Juega y ríe mi niño todo en ti son albores,
pequeño lucerito que en mis brazos acojo,
tú has hecho que mi ocaso se cubra de colores.



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Estimado Alberto, agradezco mucho tu lectura y amable comentario poeta. Si, la verdad es que un nieto es un ser adorable que nos llena de una ternura muy especial que creíamos olvidada.
Un fuerte abrazo.

 

Gracias por tus palabras Tere que también salen del alma y que me son tan gratas.
Un fuerte abrazo amiga.
Isabel.

 

Querida Lourdes gracias por tus cálidas palabras. Esto de ser abuela es como descubrir un brote nuevo y al verlo crecer sentir que todo es nuevo a través de sus ojos.
Gracias Lourdes por tu siempre generosa mirada.
Un fuerte abrazo poetisa.

 

Estimado Eladio, qué alegría me dan siempre tus cálidas palabras tan cercanas amigo, y esa generosa reputación que me concedes como un regalo. Gracias.
Un beso de ambos para ti.
Isabel.

 

Gracias querida Paloma, eres un encanto.
Un fuerte abrazo.

 

Verdad que si? ¿quien no desea volver a ser niño?; pero ese niño que llevamos dentro jamás se pierde Abner.
Un abrazo amigo.

 

Qué alegría tu visita Miguel y que gratificantes tus palabras, gracias poeta.
Abrazos.

 

Apreciado Rafael, gracias por tu cálido comentario a mis versos; viniendo de ti es doble la alegría porque sé que eres el poeta de la ternura y la emoción. Gracias poeta.
Un fuerte abrazo.

 

Pues es mucha verdad lo que dices Palmira, es aprender a mirar de nuevo el mundo a través de sus ojos. El otro día por cierto perseguíamos moscas con un mosquitero y le acerté a una que cayó al suelo, no se lo esperaba y al verla inerte, se quedó desolado, la recogió y trató de que volviera a posarse en la pared y me preguntaba ¿que le pasó "abu"? ...yo no sabía que contestarle, no me esperaba su reacción; le pasa también con las plantas, si ve un gajo roto lo recoge y trata de pegarlo, desde esa mirada inocente trata de reparar lo que todavía desconoce que es,desgraciadamente, irreparable. Si, es bella la mirada de un niño, poética diría yo.
Gracias por tu visita Palmira.
Un fuerte abrazo.