No lo sé

He seguido la línea cara abajo, escucho que hablan a veces me hablan y otras veces no escucho, no entiendo el lenguaje de los seres humanos, la línea cambia de grosor y entre en medio se notan escombros, hoyos y piedras, sigo la línea y no quiero detenerme, es una obsesión, no miraré atrás y no detendré el paso.

En el camino he encontrado agua en un charco que he brincado, es un trauma nebuloso que me arrastra las suelas de los zapatos, son zapatos de piel, de animal muerto, de animal que devoro día a día, que envuelve mis pies apestosos, mis pies con tierra, mis pies que se acercan poco a poco a pisar la línea que sigo, mis pies no se detienen, no paran, no saben detenerse, no creo que sepan a dónde van.

El camino se ilumina más y más incierto, es el destino, el camino es predecible cuando se sabe la guía de un recorrido, como el de una línea en el piso que me trae aquí en el mismo pensar, con el mismo camino y con la misma historia, la misma locura de charlar en soledad, pensando, conversando, en la exposición de primer categoría del gremio de expositores de los temas más relevantes para mi mundo pequeño.

El mundo es pequeño, el universo es gigante y la línea se pinta entre un sólo camino, he recordado que soy capaz de pintar líneas distintas para seguirlas pero cansa, es fastidioso recurrir a la imaginación de pintar nuevos sabores en esta línea estacional, perpetua e incuestionable, trascender en el miedo y huir el mayor dilema, recuerdo haber visto está misma línea en otro lugar, ese lugar que me vió nacer, crecer y marcharme para siempre de él, esa línea es tan similar y ahora sobre su caminar está lo que más amo saltando entre borde y borde no a la vista porque he vivido toda una vida sin mirar alrededor de esa línea y sí los escucho y que tanto les necesito y cuando estoy sólo les escucho, recuerdo soltando carcajadas de cada vago recuerdo donde volteaba tantito del piso para sonreírles y de nuevo continuaba en la misma línea y están frente de mi y yo veo la línea pintada sobre sus vidas, sobre sus experiencias y el mar.

El mar es bello, ahí se puede colocar cualquier ser humano y voltear alrededor para comprender por primera vez que el mundo es redondo, pero una mente tan pobre y basta como la mía solo distingue la franja divisoria entre el mar y la arena y no me culpo, pero comprendo que en ese lugar que abandoné entre el miedo y la confusión de la transcedencia, lo que más deseaba es justo ya no seguir ni perpetrar esta línea que está de bajo de mi, en el cursos de la vida y la variable infinita de transformación de todo sistema llamado tiempo, me he sentido como una sardina en una red, como un marrano en el camión que de dirige hacia el rastro, como un roedor al hacecho de la mirada de miles de trampas y la línea es distinta pero sigue, continua y forja la misma vida que no he cambiado, transformado ni mutado en el mayor de mis planes que pretenden ser una persona distinta a la que soy el día de hoy, pero el camino es sabio y me ha llevado y me ha dirijido sólo a dónde sabe llegar ese mismo camino, ese mismo borde, esa misma condición, solo por dónde pasa, por dónde está pintado y es común verle, a dónde los traumas y los límites del miedo han dado los mismos resultados de siempre.

A veces llego a creer que este camino es la muerte, una penitencia por cumplir unos pocos años de vida y otros muchos tantos de muerte mientras sigo el curso de todo esto que llamo vida, quizás fui enterrado antes de morir en una condena lineal que pinta el suelo, arrastra mis pies, mi mirada como un burro en una carreta, pero los escucho, sé que están ahí mirándome, llamando mi atención para que salga de las reglas y comience algo diferente, algo distinto, en esa mismo mensaje petrifico mi corazón y se los regalo, es de ustedes que gozan de más posibilidades, quiero heredar un conocimiento supremo y distinto al que me fue destinado pero en el camino he abandonado para crear otra línea idéntica en otro lugar y ahora les veo en la lejanía disfrutando de la ausencia de líneas y de mi presencia, yo veo el horizonte en mi imaginación, hay de todo en esa posibilidad, hay tanta bonanza, tanta ceguera y solo una y lo digo con conocimiento de rigor, solo una lección de vida y ¿Seguiré viendo en el piso el camino que hay sobre está línea? No lo sé, seguiré caminando esos si, pero no lo sé.

 

Tristemente entiendo.

 

Saludos y gracias por tu lectura, comentario, la tristeza es tiempo y con el tiempo la tristeza no es nada

 

Gracias por el consuelo,
feliz finde.