No mientas

Arrodíllate ante mí
y ruégame por tu perdón.
Si es preciso,
derrama un par de lágrimas
pero que sean amargas
y con sabor a dolor.

Implórame y sujeta mi mano
tan fuerte como puedas,
como si de ella dependiera
el último suspiro de vida que te queda.
Aclama por la última oportunidad
que crees merecer.
Llora, grita, maldice de ser necesario.

Golpea el suelo,
hasta hacer sangre tus puños.
Haz un espectáculo que merezca
el primer premio en actuación.
Pero por favor, no mientas,
por que sería capaz
de dar la media vuelta
y de arrancarme del alma
los pocos minutos de vida
que a nuestro amor le quedan.

 

No hay acto más doloroso ni vergonzoso, que ser víctima de una mentira. Un gusto pasar.

Saludo y beso azulado.

 

mmm, creo que si se pide el perdon así como lo pide usted, no queda nada mas que rencor


me gusdó mucho su poema, salu2

 

Siempre tarde o temprano se sabe la verdad. La verdad duele pero la prefiero.
Gracias por leerme y comentar, como siempre un placer tenerte por aquí.
Un abrazo.

 

Nikita
¡¡ cómo duele la mentira!!
me trajiste recuerdos eh?
bellos y fuertes versos.
estrellitas a tu pluma.
Abrazos.
ana

 

Puede ser. Pero se sabrá la verdad desde un principio. Un placer tenerte por aquí.
Un abrazo.

 

Si que duele, pero duele cuando se sabe la verdad. Por eso, pido que no mienta. Un placer tenerte por aquí.
Un abrazo.