No pude

Era posible defender su sonrisa
y las tardes junto a ella mirando a los gatos,
el eco de su voz en el árbol hueco que tanto le gustaba

Era posible defender su color favorito
y su prisa al salir del mi departamento por la noche
para llegar a la mañana como si arribara de un viaje largo

lo único indefendible fue su melancolía
aquella que la hacia mirarme como si constantemente nos perdiéramos
esa que lo hizo realidad.

 

Interesantes líneas Caín.

Gracias por compartirlas.

Saludos.

 

Gracias a ti por pasar a leerlas