No pudo ser.

Ella estaba comprometida.
Su novio era un forajido.
Un cuatrero, perseguido por el séptimo de caballería.
¿ Cuándo aparecería ? Le esperábamos, y ella y yo nos besábamos.


Trajo cuantiosas mercancías, de pollos de granja y pavos.


Era el pavi-pollo.
Pavi-pollo Rumenigge.
Me la quita de las manos. Se me escurre, porque es resbaladiza.
Es gelatinosa y verde, y embadurnada en barro. Es de arcilla, y da vueltas en mi torno.





Soy alfarero. ¡ No te lleves mi vasija !


Se acostaron juntos, esa noche.
Ella se quedó encinta, de gemelos. Pepito Grillo y Pinocchio, de su vientre nacerían.
He de conformarme con el ganado caballar y los rumiantes.
Tengo doscientas cabezas de ganado bovino. Ya, buscaré otro amor, pavi-pollo.


Pavi-pollo Rumenigge.

 

Si no pudo ser, seguro es porque no debía ser. Ya algo más y oportuno será.

Ha sido agradable pasar por sus letras.

Un cordial saludo. Buen domingo.

 

Gracias, Destinos. Mi llanto ha cesado. Ahora, lavaré mi paño de lágrimas, con una pastilla de jabón, y agua del grifo.