No queda ya más nada.

Como siempre camino derecho en tus sienes.
Revueltos los pies en tu cintura plana.
Del murmullo viejo, vas y vienes
me miras y vuelves por la mañana.

Horizonte tu eres y posas en el monte tu avistaje;
frecuente es tu pelaje por los aires del palomar,
que crece y decrece en blanco su paisaje,
de otoños y veranos que sueles visitar.

La muerte es tan sencilla y tan lejana,
que al vivir ella en nosotros fallece la esperanza.
Y si muere aquella misma de temprana,
no queda ya más nada que la cruel venganza.

No queda ya más nada
ni las ganas de vivir por vos.

 

a veces en los tontos caminos de la vida, se pierde eso el interés de ella de explorar , pero más allá de eso siempre hay un camino nuevo que te despeje a una nueva realidad

 

Gracias por comentar. Sin Esperanza no queda ya más nada, a eso me referí.